POESÍA
“Ojalá disfruten conmigo de esta observación poética que propone El asombro de los días”
Carla Olivera, ganadora del Premio Fray Mocho Poesía 2022, presentó su libro en la Alianza Francesa, el domingo pasado. Habló de la génesis del poemario de 60 poemas y de las virtudes del círculo de escritores y lectores del que es parte.
Carla Olivera es, entre otras cosas, poeta y profesora de Lengua y Literatura. En 2022, ganó el Premio Fray Mocho Poesía y el domingo lo presentó en la Alianza Francesa. Hasta allí llegaron familiares, amigos, funcionarios y público en general. Destacándose la presencia del secretario de Cultura de Entre Ríos, Julián Stoppello; Fabián Reato, director de la Editorial de Entre Ríos, y Luis Castillo, subsecretario de Cultura de Gualeguaychú.
Hubo diversas lecturas, como las de Pamela De Battista, Martín Pucheta, Susana Bon y Nelu Dominutti, y un momento musical, de la mano de Santi Veronesi y Aranza Durando.
En diálogo con EL ARGENTINO, Olivera se refirió a la obra premiada. “Es un libro que aborda principalmente la mirada como eje, la mirada de un yo lírico sobre los procesos de la vida, del nacimiento y el crecimiento de los hijos, sobre la naturaleza que rodea la casa, el río; desde lo más mínimo, como pueden ser bichitos, mojarritas, brotes, lluvia, pájaros, pero sobre todo con la mirada puesta en el asombro o la maravilla que me generan esas pequeñas transformaciones de la vida”.
“Creo que la poesía se alimenta de esas cosas chiquitas, pero poderosas, de lo fugaz, de lo que pasa rápido y que, de alguna manera, el libro intenta retener en la palabra y en imágenes”, expresó.
Los poemas que componen El asombro de los días fueron escritos a lo largo de varios años, en forma separada: por un lado, los que tienen que ver con la naturaleza, con el litoral y el río, y, por otro, los que refieren al nacimiento de los hijos de la autora y a las transformaciones que tienen que ver son su crecimiento.
“En algún momento encontré que había un hilo en común que los iba uniendo y que tiene que ver con esa mirada, con una especie de mirada materna pendiente de lo que va sucediendo en ellos, atenta a los detalles, y que con esa misma mirada podía observar mi paisaje. El hilo en común terminó siendo esto del asombro, la mirada atenta y paciente, entonces los terminé uniendo en un mismo poemario que tiene 60 poemas, que son numerados del 1 al 60, sin título, y eso es lo que presenté al concurso”, contó Olivera.
Por último, la autora de Partición de voces (2006, De los Cuatro vientos, Buenos Aires) e Intemperie (2014, Singular Ediciones, Gualeguaychú) agradeció “a las personas que me acompañaron en la presentación, a mi familia y a las que acompañaron también en el proceso de corrección del texto, a Sebastián González, a Pamela de Batista, a Martín Pucheta, que fueron las personas con las que, sobre todo, estuve trabajando el libro antes de presentarlo. También a la comunidad de poetas que quiero mucho y que nos sostenemos, nos leemos y nos acompañamos”.
“Creo que es muy importante ese círculo de lectores y escritores que genera una amistad en torno a la escritura. Me parece que enriquece las escrituras y las lecturas de todos. Gracias a las personas amigas y desconocidas, también, que fueron a conocer de qué se trataba este libro y a quienes lo llevaron: ojalá disfruten conmigo de esta observación poética que propone El asombro de los días”.