CIUDAD
Monono VH y el Tape Larrivey, protagonistas de una noche inolvidable en nuestro Teatro Gualeguaychú
Monono Villanueva Hermann, la orquesta típica Oriyera, el Tape Larrivey, el canto y la emoción, fueron centro de una noche de sábado sensacional.
Por Julio Majul
Si pudiera volver a mi adolescencia, don Raúl Villamonte me diría, en la puerta de su Foto América, “¡qué panzada de tangos te diste, Julito!”.
Porque lo del sábado en nuestro Teatro fue un festín para los que amamos la música y a nuestra ciudad.
Es que la orquesta típica Oriyera, en especial su director, Ezequiel Villanueva Hermann, tuvo la genial idea de invitar a cantores y bailarines de Gualeguaychú a participar de un gran espectáculo, interpretando su arte acompañados por la gran orquesta de Monono.
La Oriyera brindó lo mejor de sí, con brillantes interpretaciones que ya son clásicos de ella, como Melancólico, La yumba, Nocturna o El aeroplano, junto a novedades como los temas compuestos por el mismo Ezequiel.
Mientras sonaban los instrumentos se lucieron bailando Teresita Torres con Víctor Doello (me parecía ver a mis viejos) y luego los finalistas del Mundial de Tango 2023, Ángela Sarmiento y Félix Bon, que demostraron que tenían con qué llegar donde llegaron, en el festival porteño de este año.
En la orquesta típica Oriyera volvieron a lucirse (además de Ezequiel, claro) Carlos Roldán en el fueye cómplice de Ezequiel; el exquisito violín de Nicolás Argüello, el teclado de Eugenia Guzmán, la guitarra de Agustin Urbicain (cuando podía hace solos), el bajo de Javier Arteaga.
Y LOS CANTORES, ¡QUÉ LUJAZO!
Nelson Ibarra es el cantor de la orquesta, y en la actualidad es uno de los mejores cantantes de tango que existen. Voz, figura y carisma lo distinguen. Él hizo de animador, también. Y a su cargo estuvo presentar a las tres voces gualeguaychuenses.
Jorgelina Rodríguez interpretó “Garúa”, con el caudal potente de su voz, y su afilado oído musical.
Miguel Pereyra se adueñó paulatinamente del escenario, y terminó cantando como si desde siempre cantara tangos, nada menos que entonando “Sur”. ¡Qué satisfacción hubiera tenido Miguel Ángel si lo hubiera visto y oído!
Y EL TAPE, DE VUELTA EN SU CIUDAD
La emoción mayor se vivió cuando apareció el Tape Larrivey, que visiblemente compartía la emoción con nosotros, su público. Luego de muchos (demasiados…) años, el Tape volvió al escenario de Gualeguaychú, despertando nostalgias y evocaciones. Más, cuando cerró su turno recitando “Por qué canto así”, y cantando “Si supieras”, mientras el bandoneón de Monono desgranaba “La cumparsita”.
Momento inolvidable para todos los que estábamos en nuestro Teatro.
FINAL CON PROMESA DE SEGUIR
Cuando se despedían, la orquesta y Nelson Ibarra arrancaron con “Pasional”, la maravillosa obra de Caldara y Soto. Y rápidamente Jorgelina, el Tape y Miguel se prendieron, en un intercambio de voces que sonó sencillamente perfecto.
Monono cerró la noche, anunciando que esta era sólo la primera parte de un ciclo con gente de Gualeguaychú y la orquesta típica Oriyera, que tendrá continuidad.
Así sea.