Fruto bendito: la nuez pecán como protagonista de la economía regional
Por Nahuel Maciel
EL ARGENTINO
En Aldea San Antonio se está desarrollando uno de los emprendimientos que está llamado a fortalecer la economía regional, pero al mismo tiempo generar mejores condiciones en la aspiración de la calidad de vida.
Se trata de la planta productora y procesadora de nuez pecán que gira bajo la razón social “Aldea Don Julio”.
Es una empresa líder en el servicio de mantenimiento de campo y cosecha y una referencia en el radio comprendido por Gualeguaychú, Urdinarrain, Larroque, Gualeguay, Concepción del Uruguay, Colón y gran parte de la provincia.
EL ARGENTINO visitó a la planta “Aldea Don Julio”: 65 hectáreas, 8.600 árboles pecán y en ese predio fue recibido por el contador Juan Callegari, quien es el responsable del emprendimiento desde el 1° de mayo. Mientras se recorría las instalaciones –una tecnología única a nivel país- Callegari explicó que brindan servicios de asistencia técnica y también de labores agrícolas a los productores. La idea es acompañarlos en la gestión, pero también en el mantenimiento y el manejo del cultivo desde que es semilla hasta que se comercializan sus frutos.
En sus palabras también se percibe el entusiasmo para que los pequeños y medianos productores puedan gestionar sus propios cultivos, generando una red o una cadena donde todos son beneficiarios.
De hecho, en “Aldea Don Julio” se ofrece una plataforma de gestión que permite generar y conservar trazabilidad de todas las labores e insumos y que eso constituye un activo esencial para exportar y conquistar nuevos mercados.
La planta procesadora –según detalló Callegari- tiene una tecnología actualizada que les permite procesar hasta 2.500 kilos de nuez pecán por hora.
En la descripción operativa, detalla la limpieza del fruto, la separación de los restos de la cáscara, la selección por tamaño, y todo un sistema riguroso de control de la humedad hasta su resguardo en la cámara de frío; luego del empaque y conservación que son necesarios para su comercialización.
En la actualidad la “Aldea Don Julio” –que debe su nombre a los antiguos propietarios de la tierra- puede recibir y procesar hasta 10 mil kilos de nuez de pecán por día.
Juan Callegari acota que las variedades que trabajan son: Sumner, Desirable, Stuart, Forkert, Pawnee, Western, además de algunas plantas de Mahan.
Impresiona percibir las etapas de la planta procesadora, que convierte a esta materia prima en un producto terminado, empacado con alto valor, listo para su distribución y venta o exportar.
“Hemos logrado ahora que la AFIP venga a certificar las operaciones de exportación en la misma planta. Es decir, llega el camión con el contenedor, se lo carga y de aquí va derecho al puerto donde es despacho, por ejemplo, al mercado de Estados Unidos”, describió Juan Callegari el circuito que le da una mayor eficiencia a la comercialización de la nuez pecan. “Para ello, le hemos construido una oficina especial y única a la AFIP desde donde hace todos sus controles”, completa.
La cámara de frío tiene una capacidad de 600 metros cúbicos, una dimensión que permitió el año pasado procesar 300 toneladas.
Origen y desarrollo
La “Aldea Don Julio” comenzó a operar en 2016, cuando se adquirió el campo de 66 hectáreas para la implantación de nuevas especies de árboles de pecán. Y se inicia la primer cosecha de nuez con cáscara.
Desde el 2017 al 2019 se produce un crecimiento clave: se construye un segundo galpón para procesar la nuez con cáscara y se amplían las instalaciones, dando comienzo al proceso de terceros incrementando el volumen y calidad de las nueces.
Los propietarios del establecimiento viajan a México y Estados Unidos en 2021, para contactarse con los líderes mundiales en esta producción y así traer al Departamento Gualeguaychú la mejor tecnología. Ello implicó una nueva reforma de la planta para incorporar la maquinaria que les permite ahora separar y clasificar por formato y color.
El año pasado la planta productiva logra superar ampliamente los más altos estándares internacionales, con una capacidad de producción de hasta 2.500 kilos por hora y convertirse en una referencia a nivel provincial y nacional.
La nuez pecán
La nuez pecán (Carya illinoinensis), es una especie de la familia “Juglandaceae”. Se trata de un fruto comestible, que también llega a este territorio con el nombre popular de “nuez de la isla”.
Juan Callegari explicó que es una especie nativa del Sudeste de Estados y que también se cultiva en Sudáfrica, China, Australia, Paraguay, Ucrania, Brasil y otros países de Sudamérica.
En Argentina fue introducida desde Estados Unidos a fines del siglo XIX por el presidente Domingo Faustino Sarmiento, con la idea de colaborar con la producción de las islas del Delta del Paraná.
La nuez pecán puede ser consumida fresca o ser utilizada en la cocina, especialmente en repostería, pero también en platos de mucho sabor. Sus beneficios son múltiples porque contiene ácidos grasos saludables, ayuda a reducir el colesterol, aporta gran cantidad de antioxidantes, lo mismo que fibra y proteínas, contribuye al equilibrio en los niveles de azúcar, cuida el sistema cardiovascular y contiene vitamina E y B1.
Juan Callegari muestra con orgullo el potencial de “Aldea Don Julio”, y confirma que está diseñada para garantizar la calidad, la limpieza, la eficiencia y el volumen. Y dice algo más que no pasa desapercibido: su premisa es adelantarse a los estándares de la industria y a las necesidades de los productores.
Para la exportación, en “Aldea Don Julio” se Acondicionan las nueces de los productores a través de un proceso que Callegari explica en los siguientes pasos: primero el control de calidad inicial de la fruta recibida. Luego la limpieza y secado. Una vez finalizado ese proceso, se eliminan las nueces no aptas. Se realiza una inspección y selección manual y de ese modo se vuelve a descartar las nueces no aptas por defectos externos. La tarea continúa con una clasificación por tamaño, el embolsado, un nuevo control integral para determinar la calidad final. Y así se genera la trazabilidad de la fruta desde su etapa productiva hasta su destino de exportación.
Callegari resalta que se han convertido en una referencia porque el acento está puesto en el productor. Se les brinda soluciones, atendiendo sus necesidades y al mismo tiempo el productor percibe los servicios de “Aldea Don Julio” como una colaboración indispensable para maximizar el rendimiento de los cultivos.
Para esta clase de producción, la paciencia es uno de sus ingredientes clave: porque el árbol da sus primeros frutos entre sus primeros 5-7 años; entre los 10 y 15 años ya genera un volumen importante de producción y a partir de entonces, su generación es casi ilimitada.
Juan Callegari lo define mejor: “En el monte con los árboles como en la planta procesadora con sus frutos, siempre aplicamos la mejor tecnología y lo mejor de cada uno de nosotros”.