Esta tarde habrá Misa en la ermita de San Benito abad
El Grupo de oración San Benito informó que hoy a las 19, se celebrará la Misa en la ermita ubicada en la Capilla Nuestra Señora del Pilar.
Será la misa habitual de los días 21, que se celebra por conmemorarse el 21 de marzo, el día en que murió San Benito abad.
Raquel Farabello, integrante del grupo de de oración que emplazó la ermita de San Benito abad en la Capilla Nuestra Señora del Pilar (de Urquiza al Oeste) dijo ayer que “si es posible, celebramos la misa y si no es así, se rezan vísperas o se hace una oración”.
Acerca de cuánta gente se ha sumado a este grupo, desde que comenzó a gestarse la concreción de la ermita hasta este momento, Farabello dijo “no es mucha, aunque sí nos sorprendió la cantidad que asistió a la última Misa. Esto significa que hay devotos y que quizá les falte el empujoncito para integrarse al grupo”.
Refiriéndose al santo, nuestra interlocutora dijo “la Iglesia lo tiene como protector y su exorcista” y agregó “la devoción a san Benito no pasa sólo por su protección del mal, sino también por su obra, su trabajo, su llamado al silencio, a la oración”, aspectos de la vida del santo que quizá no sean tan difundidos.
San Benito de Nursia (Nursia, 480 – Montecasino, 21 de marzo de 547), es considerado el iniciador de la vida monástica en Occidente: fundó la orden de los benedictinos cuyo fin era establecer monasterios autosuficientes, o sea, que se autoabastecieran. Éstos comúnmente estaban organizados en torno a la iglesia de planta basilical y el claustro. Es considerado patrón de Europa y patriarca del monacato occidental.
Benito escribió una regla para sus monjes que fue llamada “La Santa Regla” y que ha sido inspiración para los reglamentos de muchas otras comunidades religiosas.
Era hijo de un noble romano. Su hermana gemela se llamaba Escolástica y también fue reconocida como santa. Fue enviado a Roma para capacitarse en filosofía y retórica, pero decepcionado por el desorden moral de los habitantes de la ciudad y deseando una vida más espiritual, abandonó la capital para retirarse a Enfide (actual Affile), de donde huyó, según la leyenda, tras realizar un milagro. Con ayuda del abad de un monasterio cercano llamado Román, se instaló en una gruta de difícil acceso, para vivir allí como un ermitaño. Después de pasar tres años allí, dedicado a la oración y el sacrificio, fue descubierto por unos pastores, quienes extendieron su fama de santidad.
Considerado un taumaturgo (el cristianismo define así a quienes hacen milagros con el poder de Dios) fue visitado constantemente por personas que buscaban su consejo y dirección espiritual.
Raquel Farabello, integrante del grupo de de oración que emplazó la ermita de San Benito abad en la Capilla Nuestra Señora del Pilar (de Urquiza al Oeste) dijo ayer que “si es posible, celebramos la misa y si no es así, se rezan vísperas o se hace una oración”.
Acerca de cuánta gente se ha sumado a este grupo, desde que comenzó a gestarse la concreción de la ermita hasta este momento, Farabello dijo “no es mucha, aunque sí nos sorprendió la cantidad que asistió a la última Misa. Esto significa que hay devotos y que quizá les falte el empujoncito para integrarse al grupo”.
Refiriéndose al santo, nuestra interlocutora dijo “la Iglesia lo tiene como protector y su exorcista” y agregó “la devoción a san Benito no pasa sólo por su protección del mal, sino también por su obra, su trabajo, su llamado al silencio, a la oración”, aspectos de la vida del santo que quizá no sean tan difundidos.
San Benito de Nursia (Nursia, 480 – Montecasino, 21 de marzo de 547), es considerado el iniciador de la vida monástica en Occidente: fundó la orden de los benedictinos cuyo fin era establecer monasterios autosuficientes, o sea, que se autoabastecieran. Éstos comúnmente estaban organizados en torno a la iglesia de planta basilical y el claustro. Es considerado patrón de Europa y patriarca del monacato occidental.
Benito escribió una regla para sus monjes que fue llamada “La Santa Regla” y que ha sido inspiración para los reglamentos de muchas otras comunidades religiosas.
Era hijo de un noble romano. Su hermana gemela se llamaba Escolástica y también fue reconocida como santa. Fue enviado a Roma para capacitarse en filosofía y retórica, pero decepcionado por el desorden moral de los habitantes de la ciudad y deseando una vida más espiritual, abandonó la capital para retirarse a Enfide (actual Affile), de donde huyó, según la leyenda, tras realizar un milagro. Con ayuda del abad de un monasterio cercano llamado Román, se instaló en una gruta de difícil acceso, para vivir allí como un ermitaño. Después de pasar tres años allí, dedicado a la oración y el sacrificio, fue descubierto por unos pastores, quienes extendieron su fama de santidad.
Considerado un taumaturgo (el cristianismo define así a quienes hacen milagros con el poder de Dios) fue visitado constantemente por personas que buscaban su consejo y dirección espiritual.
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