Opinión
Es preferible hinchas tristes que niños sin clases
Por estos días vemos un claro ejemplo de la escala de valores de muchos argentinos y de nuestra clase dirigente.
El gobierno de Macri parece más preocupado en resolver el paro del fútbol, que la posibilidad de que millones de niños en casi todas las provincias del país comiencen las clases el próximo lunes. “Cerrar un acuerdo salarial con los docentes es responsabilidad de los gobernadores no del gobierno nacional” argumenta el ministro de Educación de la Nación Esteban Bullrich, a cargo de un ministerio que ni siquiera tiene escuelas, luego que la política neoliberal del menemismo en 1991 transfirió los edificios escolares y el tema salarial a las provincias.
Por otro lado los gremios docentes a nivel nacional parecen más ser jugadores de la política partidaria opositora al gobierno nacional, que abocados a pensar en unir los esfuerzos con los padres y exigirle más compromiso al gobierno nacional en cuanto a inversiones en educación y en salario.
Por otro lado se ve que el gobierno nacional depositó $350 millones correspondientes a la rescisión del programa Fútbol Para Todos en un intento de destrabar el conflicto con los jugadores. Está bien que el Estado se haya desprendido del Fútbol para Todos, un antro de corrupción, barrabravas que llegó a costarle al Estado 2 mil millones de pesos por año en promedio. Sin embargo, esos 350 millones de pesos tendrían que haber sido volcado a educación para garantizar un normal inicio de clases, el fútbol podría haber esperado. Es preferible hincas tristes que niños sin clases.
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