Opinión
Es el peronismo estúpido”
“Es el peronismo estupio”, el libro del periodista e intelectual Fernando Iglesias, en donde cuenta como a lo largo de los 80 años de historia peronista se generó atraso; “el atraso genera frustración; la frustración genera peronismo.
El peronismo genera decadencia; la decadencia genera pobres; los pobres votan al peronismo; la incapacidad de desarrollarse genera dependencia del Estado. La dependencia del Estado genera empresarios y trabajadores dependientes del Estado”, expresa el escritor.
Este razonamiento es un fiel reflejo de lo que hoy está sucediendo en Concordia. Según el Indec, la pobreza llega al 43,6 por ciento en Concordia y es la segunda ciudad más pobre del país. Un triste título que la localidad entrerriana lleva desde hace tiempo.
En Concordia el 30,5 de los hogares son pobres, en indigencia se encuentra el 5,9 por ciento de los hogares y el 8,7 de las personas.
Cómo es posible que una ciudad con un enorme desarrollo agroindustrial, un gran potencial turístico, comercial y educativo, haya alcanzado un deterioro tan grande de su tejido social, con los índices más altos de Entre Ríos en homicidios, robos, y escandalosos casos de trata de personas, donde al igual que Paraná, el narcotráfico se apoderó de los barrios más humildes.
Desde el advenimiento de la democracia en 1983, el gobernador Gustavo Bodet, es el noveno periodo constitucional de gobierno. De estos nueve periodos tres pertenecieron al concordiense, Jorge Busti, dos al concordiense Sergio Urrubarri y el actual mandatario también tiene domicilio en esa ciudad.
Ha sido sin duda la ciudad más beneficiada políticamente a tener tres gobernadores de su localidad, y sin embargo los dos mandatarios con mandato cumplido no pudieron resolver los problemas estructurales de la pobreza y la indigencia.
El propio Sergio Urribarri, fue el gobernador que más dinero y programas de Nación recibió para obra pública y promoción humana; sin embargo a esta altura cabe preguntarnos si en Concordia se llegó a estos índices por inoperancia política o porque fue el clientelismo político la mejor receta para que el PJ se mantuviera en el poder.
Este razonamiento es un fiel reflejo de lo que hoy está sucediendo en Concordia. Según el Indec, la pobreza llega al 43,6 por ciento en Concordia y es la segunda ciudad más pobre del país. Un triste título que la localidad entrerriana lleva desde hace tiempo.
En Concordia el 30,5 de los hogares son pobres, en indigencia se encuentra el 5,9 por ciento de los hogares y el 8,7 de las personas.
Cómo es posible que una ciudad con un enorme desarrollo agroindustrial, un gran potencial turístico, comercial y educativo, haya alcanzado un deterioro tan grande de su tejido social, con los índices más altos de Entre Ríos en homicidios, robos, y escandalosos casos de trata de personas, donde al igual que Paraná, el narcotráfico se apoderó de los barrios más humildes.
Desde el advenimiento de la democracia en 1983, el gobernador Gustavo Bodet, es el noveno periodo constitucional de gobierno. De estos nueve periodos tres pertenecieron al concordiense, Jorge Busti, dos al concordiense Sergio Urrubarri y el actual mandatario también tiene domicilio en esa ciudad.
Ha sido sin duda la ciudad más beneficiada políticamente a tener tres gobernadores de su localidad, y sin embargo los dos mandatarios con mandato cumplido no pudieron resolver los problemas estructurales de la pobreza y la indigencia.
El propio Sergio Urribarri, fue el gobernador que más dinero y programas de Nación recibió para obra pública y promoción humana; sin embargo a esta altura cabe preguntarnos si en Concordia se llegó a estos índices por inoperancia política o porque fue el clientelismo político la mejor receta para que el PJ se mantuviera en el poder.
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