GUALEGUAYCHÚ
En materia de adicciones se requiere de una mayor presencia del Estado
Entre Ríos tiene a partir de la reforma de la Constitución Provincial en 2008 modernas instituciones para acompañar las necesidades de los entrerrianos. Una de ellas es la jerarquía de la Salud al rango de Ministerio; lo mismo que la cartera que actúa en materia de Desarrollo Social.
Por Nahuel Maciel
A pesar de contar con esas dos formidables herramientas, llama la atención que todavía en la provincia el Estado no tenga un espacio propio para realizar rehabilitaciones en materia de adicciones, especialmente las que se generan por el consumo de drogas y alcohol.
Por supuesto, existen algunos pocos centros terapéuticos que han sido gestionados a nivel municipal. También están aquellos que son de gestión privada, los cuales pueden o no trabajar con obras sociales o tener sistemas de asistencia para quienes no pueden costear un tratamiento. Hay otros como los Hogares de Cristo que han sido un gran alivio para la comunidad, pero aun así se trata de un espacio insuficiente teniendo en cuenta la demanda creciente.
Por eso es oportuno marcar –para mejorar- la actual carencia del Estado provincial. Es cierto que la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) es un organismo nacional que colabora especialmente con los municipios para ese cometido.
En Entre Ríos el consumo y tráfico de drogas viene en un constante aumento, a juzgar por las estadísticas y los varios operativos de secuestros que se realizan tanto por Gendarmería Nacional, Policía Federal, Prefectura Naval Argentina y la propia Policía Provincial.
Se trata de un claro y preocupante indicador que refleja el drama y la tragedia que embargan a muchas familias que sufren al tener a sus seres queridos necesitados de un urgente tratamiento para desintoxicarse y rehabilitarse.
En materia de Salud contar con centro de rehabilitación estatal es una necesidad impostergable, si se tiene en cuenta que hay vidas en riesgos.
Es cierto que se requiere de un presupuesto millonario para construirlo y otro presupuesto importante para mantenerlo y solventar las horas de profesionales y de todo el personal que se requiere para una institución de esta naturaleza. Por la misma razón, el Estado provincial no puede seguir demorar mucho más una propuesta integral, justamente para transformar la realidad en beneficio del conjunto.
Así, es imperioso contar con un centro de rehabilitación de las adicciones bajo la tutela del Estado provincial, teniendo en cuenta los miles de casos que esperan por una respuesta de esta dimensión y que hoy no encuentran un lugar adecuado pese a las posibilidades ya enumeradas. Hay que dimensionar este dolor familiar y comunitario de manera diaria: es un dolor cotidiano que espera respuestas trascendentes y quien las debe dar es el rector principal de la salud de los entrerrianos: la Provincia.
Por supuesto que se han visualizado avances en los últimos años: a un adicto ya no se lo percibe como un delincuente sino como un enfermo que requiere de tratamientos y cuidados. Este es ya un concepto robusto e indica una evolución en la consideración de la problemática. Pero, es insuficiente: por eso hay que insistir en dar este otro paso que es el de construir bajo el dominio estatal un centro de rehabilitación o casas terapéuticas o como se las quiera denominar, pero, que permita a todos –sin distinción de la condición social- acceder a un derecho humano vital y básico como es el de la Salud.