El gozo de cantar y el placer de compartirlo
La profesora y cantante Liliana Parafioriti ofrece cada quince días sus clases de canto en la Asociación Musical.
Con giras internacionales, shows junto a cantantes reconocidos a nivel internacional, comedias musicales, recitales de jazz, direcciones musicales varias, una formación musical vasta, con clínicas en distintas ciudades donde difunde su método “Voz Suprema”, Parafioriti desembarcó en Gualeguaychú para transmitir su experiencia en la Asociación Musical.
“Soy creadora de un método de impostación de la voz que se llama “Voz suprema”, explicó al comienzo de la charla con EL ARGENTINO.
“Lo inventé con las experiencias y trabajos de campo hechos a través de los años, investigando sobre la voz humana y lo comparto porque me ha dado muchas satisfacciones”.
Acerca de en qué consiste su método, respondió “la voz suprema es la colocación correcta de la voz para cantar y hablar”.
“La voz humana tiene dentro de la cabeza distintos puntos donde uno puede colocar el sonido para que suene mejor. Lo primero que hay que trabajar es la respiración, luego manejar el diafragma, el músculo aliado de los que trabajamos con la voz y colocar la voz dentro de la cabeza en un lugar donde pueda darle todo el esplendor. Ese punto es el músculo estilo faringeo, ubicado en la parte posterior de la garganta, detrás de las amígdalas, que hasta ahora, no se había considerado para trabajar la voz”.
En cuanto a si a cualquier edad se puede aprender a cantar, Parafioriti dijo “sí. Absolutamente. Lo comprobé con un señor de 83 años, la persona de más edad con la que he trabajado, que con el tiempo, participó del cierre de una muestra anual. El me enseñó más a mí de lo que yo le enseñé a él: me hizo ver que a los 83 años, una persona puede comenzar a cantar y hacerlo muy bien”.
¿Y qué sucede con los que quieren cantar pero no tienen oído?, le preguntamos, a lo que respondió “les explico que es muy poca la gente (el 5%) cuyo oído no entiende que está desafinando. Y que de la mayoría de la gente, la mitad afina bien y la otra mitad no, pero no por un problema de oído, sino por no tener trabajado el diafragma. Esto hace que no logren alcanzar una nota, pero saben que están usando otra. Son los que dicen “no me da la voz” cuando en realidad, el límite lo ponen la respiración y el diafragma”.
“Con tres meses de trabajo, ese “desafinado” logra la afinación, porque era el trabajo muscular lo que le faltaba”, agregó.
# Ciudad de poetas y cantores
Están quienes siempre quisieron cantar (y aprender a hacerlo) y otros, que optan por una actividad así en un momento determinado, por gusto o como conjuro contra la rutina
Acerca de a quien apunta con sus clases de canto, Parafioriti dijo “yo soy cantante además de docente de canto y sé del placer que es tener la voz a disposición para expresa ternura, amor, tristeza, alegría. La voz es una aliada de las emociones.
Enseñar a cantar es mi gran misión, porque quiero que cada uno experimente ese patrimonio que posee y que tiene que dejarlo volar. La voz es el alma para mí, porque a través de ella, el alma vuela”.
“Hay gente que teme cantar porque le han dicho en algún momento que lo hace mal. Entonces ha puesto su voz bajo siete llaves. Uno de mis trabajos es abrir ese espacio y que no se repriman más, que a esos mandatos no hay que registrarlos, porque determinan de tal manera que la persona se vuelve hacia adentro y esconde su voz. Vengo a decirles ¡canten!, que no hay nada más lindo”.
Y acerca del alumnado, la cantante y docente dijo “estoy encantada con todos ustedes, por la calidez que tienen, pero además, aquí todo el mundo tiene buena voz. Con buenas voces y un poco de técnica, este es un lugar donde puede florecer la voz humana de manera increíble”.
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