Los libros saben esperar
Con la era digital las Bibliotecas cambian su estrategia para atraer a jóvenes lectores
El fenómeno de una baja de asistencia de estudiantes de secundaria a las Bibliotecas, para investigar, comenzó a decrecer hace unos años. Con el programa Conectar Igualdad que permitió acceder a las tecnologías digitales con facilidad, los chicos ya no son asiduos visitantes de las bibliotecas.
Con el furor de las netboock y todo el revolucionario panorama que se le presenta a la educación media al poder lograr un aula interactiva, también está teniendo un impacto social entre los jóvenes que cada vez más se alejan de los libros.
Internet, también es investigar, es leer, pero para saber qué buscar en la red el estudiante debe contar con una base de cultura general, que hace algunos años atrás se lograba con los libros, “hoy parece que todo es copiar y pegar”, dijo una bibliotecaria al ver cómo los estudiantes hacen sus monografías escolares al hacer uso de las funciones del procesador de texto de su netboock.
En los biblioratos de las Bibliotecas ya no se acumulan tantas fichas de lectura, donde las bibliotecarias ponían el nombre del socio, el libro que la persona retiraba y el vencimiento del plazo del préstamo. La ficha de la biblioteca era tan importante que las personas se enorgullecían cuando podían ver todos los libros leídos en un año, era como una especie de curriculum vitae que avalaba la cultura general de una persona.
Para una generación de nativos digitales, el sistema de las fichas parece algo de la prehistoria.
Sin embargo, el libro no va a desaparecer, las Bibliotecas van a logar superar esta baja de lectores, al rediseñar nuevas estrategias para que los jóvenes descubran las bondades del libro, donde los docentes y los padres son fundamentales en este nuevo proceso.
El secreto está en inducir a los niños a la lectura desde muy pequeño, mediante la revalorización de las salas de lectura para niños y las ferias del libro que se hacen todos los años en diferentes bibliotecas con la asistencia de centenares de chicos.
La era digital no se puede detener, hay que adaptarse a ella y ver la forma de cómo implementarla para sacarle el máximo provecho y es el docente el encargado de enseñarle hoy a los chicos a que se apropien de estas nuevas herramientas digitales de la mejor manera para lograr una educación de excelencia, sin dejar el libro de lado.
Luis Lujan es bibliotecario de la Biblioteca Andrade que funciona en el Instituto Magnasco y observa que: “La disminución de jóvenes en la Biblioteca comenzó a darse hace algunos años, pero desde que implementamos WiFi gratuito en la sala de lectura los chicos vienen con sus netboock a trabajar a la Biblioteca. Ya no vemos a los chicos que se veían hace diez años atrás que venían a leer a la sala; ahora la onda es cortar y pegar, un fenómeno que se da en todos lados”.
En el aula los docentes les piden a los chicos que investiguen distintas consignas a través de los libros citando las fuentes bibliográficas en sus monografías para que adviertan que ambas herramientas la digital y el libro sirven para construir el conocimiento.
“Todo se va reacomodando al paso de los tiempos y las urgencias, nuestra sala de lectura es igual, pero ahora los chicos pueden conectarse a Internet y hacer uso de la sala y si necesita completar algo le proveemos los libros”, dijo Sack.
Elizabeth, Sack, es bibliotecaria de la López Jordán y advirtió que: “Comenzamos a ver una disminución de jóvenes en las salas de lectura desde hace dos años pero con la llegada de las netboock a las escuelas el retiro de los chicos se pronunció.
Hace algunos años no todos podían acceder a una PC, en cambio ahora vemos que con la facilidad de poder acceder a esta tecnología y contar con Internet en los hogares hasta los ciber fueron cerrando.
Vemos que no baja la presencia de lectores adultos que leen por placer, pero lo que es en materia de estudio bajó la presencia de estudiantes en la sala de lectura”.
No obstante para el final del ciclo lectivo, las Bibliotecas vuelven a llenarse con jóvenes con mucha urgencia.
“En esta época es cuando comienzan a manotear los libros para terminar sus trabajos escolares que los entregaron incompletos porque solo bajaron material desde Internet y no de libros como le pidieron los docentes. No es fácil que el chico maneje un libro, le cuesta poder leer hasta las novelas que le exigen en la escuela, ellos van a Internet abren una página y esa novela saldrá hasta resumida y es más fácil la compu o nos pregunta si hay una película de esa novela literaria”.
A la bibliotecaria le preocupa el hecho de que: “Si a estos chicos de 15 a 16 años no logran hacerse un hábito de lectura a esta edad aunque sea por placer o estudio, será difícil luego poder adoptar esa práctica de leer y las consecuencias las notará luego como estudiante universitario, porque por más que utilice la computadora para estudiar en la facultad, también va a tener que sacar apuntes de los libros y lamentablemente vemos que hay algunos chicos que no saben encontrar un tema dentro de un libro, porque ni siquiera conocen las partes de éste, algunos ni si quiera se saben orientar para buscar una palabra en el diccionario”.
Para Elizabeht: “Las netboock o la PC tiene sus ventajas pero por otro lado crea otros problemas, porque vemos que hay chicos que pierden el hábito de la lectura, al no leer, escribe con errores de ortografía al no poder fijar bien cómo se escribe una palabra, y tampoco le permite incorporar nuevos términos a su lenguaje.
La computadora no es algo malo, nos facilita la vida, pero si a un adolescente desde la casa no se lo incentiva a la lectura, es difícil que por sí solo venga a buscar un libro para leer”, explicó la bibliotecaria.
En la educación pública una nueva era de inclusión digital comienza, una herramienta magnifica para complementarse con el libro, y cumplir el sueño primario de Sarmiento “solo la educación nos hará libre”.
Internet, también es investigar, es leer, pero para saber qué buscar en la red el estudiante debe contar con una base de cultura general, que hace algunos años atrás se lograba con los libros, “hoy parece que todo es copiar y pegar”, dijo una bibliotecaria al ver cómo los estudiantes hacen sus monografías escolares al hacer uso de las funciones del procesador de texto de su netboock.
En los biblioratos de las Bibliotecas ya no se acumulan tantas fichas de lectura, donde las bibliotecarias ponían el nombre del socio, el libro que la persona retiraba y el vencimiento del plazo del préstamo. La ficha de la biblioteca era tan importante que las personas se enorgullecían cuando podían ver todos los libros leídos en un año, era como una especie de curriculum vitae que avalaba la cultura general de una persona.
Para una generación de nativos digitales, el sistema de las fichas parece algo de la prehistoria.
Sin embargo, el libro no va a desaparecer, las Bibliotecas van a logar superar esta baja de lectores, al rediseñar nuevas estrategias para que los jóvenes descubran las bondades del libro, donde los docentes y los padres son fundamentales en este nuevo proceso.
El secreto está en inducir a los niños a la lectura desde muy pequeño, mediante la revalorización de las salas de lectura para niños y las ferias del libro que se hacen todos los años en diferentes bibliotecas con la asistencia de centenares de chicos.
La era digital no se puede detener, hay que adaptarse a ella y ver la forma de cómo implementarla para sacarle el máximo provecho y es el docente el encargado de enseñarle hoy a los chicos a que se apropien de estas nuevas herramientas digitales de la mejor manera para lograr una educación de excelencia, sin dejar el libro de lado.
Luis Lujan es bibliotecario de la Biblioteca Andrade que funciona en el Instituto Magnasco y observa que: “La disminución de jóvenes en la Biblioteca comenzó a darse hace algunos años, pero desde que implementamos WiFi gratuito en la sala de lectura los chicos vienen con sus netboock a trabajar a la Biblioteca. Ya no vemos a los chicos que se veían hace diez años atrás que venían a leer a la sala; ahora la onda es cortar y pegar, un fenómeno que se da en todos lados”.
En el aula los docentes les piden a los chicos que investiguen distintas consignas a través de los libros citando las fuentes bibliográficas en sus monografías para que adviertan que ambas herramientas la digital y el libro sirven para construir el conocimiento.
“Todo se va reacomodando al paso de los tiempos y las urgencias, nuestra sala de lectura es igual, pero ahora los chicos pueden conectarse a Internet y hacer uso de la sala y si necesita completar algo le proveemos los libros”, dijo Sack.
Elizabeth, Sack, es bibliotecaria de la López Jordán y advirtió que: “Comenzamos a ver una disminución de jóvenes en las salas de lectura desde hace dos años pero con la llegada de las netboock a las escuelas el retiro de los chicos se pronunció.
Hace algunos años no todos podían acceder a una PC, en cambio ahora vemos que con la facilidad de poder acceder a esta tecnología y contar con Internet en los hogares hasta los ciber fueron cerrando.
Vemos que no baja la presencia de lectores adultos que leen por placer, pero lo que es en materia de estudio bajó la presencia de estudiantes en la sala de lectura”.
No obstante para el final del ciclo lectivo, las Bibliotecas vuelven a llenarse con jóvenes con mucha urgencia.
“En esta época es cuando comienzan a manotear los libros para terminar sus trabajos escolares que los entregaron incompletos porque solo bajaron material desde Internet y no de libros como le pidieron los docentes. No es fácil que el chico maneje un libro, le cuesta poder leer hasta las novelas que le exigen en la escuela, ellos van a Internet abren una página y esa novela saldrá hasta resumida y es más fácil la compu o nos pregunta si hay una película de esa novela literaria”.
A la bibliotecaria le preocupa el hecho de que: “Si a estos chicos de 15 a 16 años no logran hacerse un hábito de lectura a esta edad aunque sea por placer o estudio, será difícil luego poder adoptar esa práctica de leer y las consecuencias las notará luego como estudiante universitario, porque por más que utilice la computadora para estudiar en la facultad, también va a tener que sacar apuntes de los libros y lamentablemente vemos que hay algunos chicos que no saben encontrar un tema dentro de un libro, porque ni siquiera conocen las partes de éste, algunos ni si quiera se saben orientar para buscar una palabra en el diccionario”.
Para Elizabeht: “Las netboock o la PC tiene sus ventajas pero por otro lado crea otros problemas, porque vemos que hay chicos que pierden el hábito de la lectura, al no leer, escribe con errores de ortografía al no poder fijar bien cómo se escribe una palabra, y tampoco le permite incorporar nuevos términos a su lenguaje.
La computadora no es algo malo, nos facilita la vida, pero si a un adolescente desde la casa no se lo incentiva a la lectura, es difícil que por sí solo venga a buscar un libro para leer”, explicó la bibliotecaria.
En la educación pública una nueva era de inclusión digital comienza, una herramienta magnifica para complementarse con el libro, y cumplir el sueño primario de Sarmiento “solo la educación nos hará libre”.
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