ALAS DESATADAS
Claudia Fiorotto cuestionó el accionar de la Justicia en los casos de violencia de género: “la mujer se siente estafada”
La responsable del área de Género, Diversidad y Protección a Personas Vulnerables de la Municipalidad, criticó los tiempos que tiene el Poder Judicial ante una denuncia. “Hasta que se toman las medidas pueden pasar 3, 5, 10 meses”, expuso.
Claudia Fiorotto, además de ser la titular del área de Género, Diversidad y Protección a Personas Vulnerables del Municipio, es la directora del dispositivo Alas Desatadas, creado y puesto en funcionamiento por la gestión anterior.
En una entrevista realizada por el área de Prensa municipal, dijo que el proyecto original fue de su autoría y que lo presentó en el Municipio en 2016. A su vez, se diferenció del manejo que se venía haciendo del dispositivo: “Mi idea era que este lugar fuera de resguardo para mujeres víctimas de violencia de género, pero que a su vez tuvieran otro tipo de impronta, que recién hoy se está logrando”.
“Nosotras impulsamos esto. En ese momento ganó Martín Piaggio y lo llevó él adelante sin ningún tipo de injerencia de Las Juanitas -grupo del que es parte-. Desde la gestión de Davico le estamos dando otra impronta, que es, no solamente resguardar la vida de estas personas que están en riesgo por violencia, sino también ofrecerles un espacio donde puedan tener capacitaciones con salida laboral. Estamos totalmente convencidos de que, si la mujer no logra su propio sustento, ser autónoma, ser independiente, es muy difícil que pueda, que logre salir al círculo de violencia, porque una de las violencias más importantes que sufre la mujer, además de la física y la psicológica, es la violencia económica”, expresó.
“Nuestro primer objetivo fue, justamente, los talleres de capacitación laboral. Hoy tenemos varios emprendimientos que nos ponen muy felices, porque es el primero de los puntos que nos propusimos para esta gestión. Entonces, el primer punto se estaría logrando con mucho éxito”, aseguró. Y contó: “Tenemos una de las chicas que hace cosas dulces y las comercializa; talleres de bordado, tejido, costura máquina y artesanal; tenemos una huerta orgánica y plantaciones frutales. Hay un taller de expresión, de teatro y uno de estética de uñas. La mujer, una vez que egresa de Alas Desatadas, puede elegir a qué se va a dedicar para poder autosustentarse y conociendo nuestro lema: que volver con el violento no sea una opción. El segundo punto es poder lograr que, antes de fin de año lo vamos a tener, los grupos de autoayuda. Porque si no, las mujeres que egresan de la casa quedan a la deriva. A veces no tienen otro apoyo; las redes familiares son muy endebles. Justamente, si llegan a Alas Desatadas es porque no hay una red de contención. Y el último punto es un poco más difícil, porque hay que trabajar junto con la Justicia y con salud mental del Hospital, es trabajar con la persona violenta, con el violento, con el victimario”, explicó la funcionaria. Aunque, en la misma entrevista, aseguró que “esa persona ya tiene un patrón de conducta”, por lo que “es algo irreversible”.
Por otra parte, Fiorotto hizo particular hincapié en la finalidad del dispositivo: “Al ser una casa de seguridad, se supone que la mujer que viene a alojarse no tiene ningún tipo de red de contención familiar. Es una vivienda con cuatro habitaciones, con cuatro camas en cada una”, expresó. Al tiempo que aclaró que “cuando hay una mujer en situación de calle, problemas de consumo o de salud mental, no es a la Casa de la Mujer donde recurrir”.
“La mujer se siente estafada”
“Nosotros trabajamos muchísimo con la Justicia y las comisarías porque, por lo general, la mujer denuncia en la Comisaría y manifiesta que no tiene un lugar a dónde ir, que no tiene red de contención y está sufriendo una situación de violencia. La mayoría de los ingresos se dan a través de la Comisaría de Minoridad y Familia o de la Justicia, mediante oficios. Pero también lo pueden solicitar otras instituciones, no quiere decir que el ingreso se vaya a dar. El equipo interdisciplinario de la casa es quien decide o no el ingreso de esa mujer”, contó la responsable del lugar.
Ese equipo está conformado por la propia Fiorotto, que es su directora, una abogada y una psicóloga; una coordinadora general, una empleada administrativa y dos operadoras por turno.
“Acá se les da todo lo que se requiera, sea ropa de cama, elementos de higiene personal o general. Cada mujer se tiene que hacer cargo de la higiene de su espacio, coordinar entre ellas, -cuando son varias- el tema de la higiene del lugar. Se cocinan ellas, si bien nosotras, con la coordinadora de cocina le preparamos un menú diario, pero se tienen que rotar y organizarse. La Casa les da cuatro comidas a ellas y a sus hijos, balanceadas, en cuanto a que deben consumir verduras”, contó. Al tiempo que aclaró que las trabajadoras del dispositivo “no cuidan niños, no está dentro de la función del operador hacerse cargo de las criaturas”.
“Nosotras trabajamos con las adultas apostando a que trate de salir de ese círculo de violencia. De las criaturas se ocupa la mamá. O, en su efecto, si no está capacitada, enseguida se coordina primero con el Área de Niñez, Adolescencia y Familia de la Municipalidad. Y si el ANAF considera que debe dar intervención mayor, se coordina con COPNAF”, informó la funcionaria.
Por otro lado, consultada por la realidad actual de la problemática de la violencia de género, Fiorotto dijo que no ha variado nada. “Estamos igual y diría que hasta peor, porque muchas veces hay situaciones sociales que acrecientan la violencia en la sociedad. Hoy tenemos una sociedad violenta en todos sus aspectos y, sobre todo, en lo familiar. Cuando hay una mujer violentada es la familia la que sufre y en un 90 por ciento de los casos, detrás de esa mujer también hay criaturas. Lo que se está viviendo en esta época es tremendo”, alertó.
“Esta casa es un logro de toda la lucha que hemos realizado todas las mujeres. El tener una Comisaría de Minoridad y Violencia Familiar, donde las funcionarias son mujeres, también es positivo, al igual que una Fiscalía de Género”, destacó Fiorotto. Aunque, por otro lado, cuestionó los tiempos de la Justicia: “por un caso de abuso, por un caso de violencia, desde que se hace la denuncia hasta que se toman las medidas pueden pasar 3, 5, 10 meses y la mujer se siente estafada. Me lo han dicho muchas mujeres: ¿por qué yo tengo que estar presa y él sigue libre? ¿Por qué yo tengo que estar encerrada en mi casa o resguardada y él está libre? ¿Por qué vienen a la casa a golpearnos las ventanas y las puertas?”.
“(Los violentos) se toman la atribución de venir a la Casa de la Mujer a golpearnos puertas y ventanas. Nosotros tuvimos que poner seguridad nocturna, tenemos un convenio con la Policía por el cual nos ponen custodia permanente, porque, sinceramente, hubo un momento que era insostenible la situación. El señor tiene la restricción y sigue buscando la forma de violentar a la mujer. A mí me parece que la falla está ahí. Las medidas las tiene que soportar la mujer violentada y al varón violento muy pocas veces y eso que Gualeguaychú es pionera en condenas hacia los violentos. Pero las condenas son 10 días, 15 días y después el señor sale y sigue haciendo lo mismo”, criticó.
Sobre Alas Desatadas
La casa Alas Desatadas brinda albergue y cuidados integrales para mujeres en contextos de violencia por razones de género, como así también a sus hijos e hijas. Allí, las víctimas pueden permanecer 90 días.
Tiene una superficie total de 260 mt2 y cuenta con un salón de usos múltiples, cocina, lavadero, tres ambientes con habitaciones, espacio de trabajo para el equipo interdisciplinario y tres baños, uno de ellos acondicionado para personas con movilidad reducida.
Alas Desatadas fue construida para restituir los derechos y fortalecer la autonomía de quienes allí se alojan. Medida que es considerada de excepción, según la Ley 26485, que en su Art. 10 Inc. 6 garantiza: “instancias de tránsito para la atención y albergue de las mujeres que padecen violencia en los casos en que la permanencia en su domicilio o residencia implique una amenaza inminente a su integridad física, psicológica o sexual”.