Cien años haciendo pan
Diciembre es el mes aniversario de la Panadería San Antonio, que en este, de 2017, cumple 100 años.
Siempre en el mismo lugar, sobre calle Santa Fe, Pedro Pomés contó parte de la historia y destacó “el horno con el que trabajamos tiene 100 años”.
“Cuando mi abuelo Pedro -Pomés- vino de Girona (de la comarca del Gironés, en la comunidad autónoma de Cataluña) ya estaba la panadería. Era una sociedad entre Gonzáles, Poblet y Figún y después se sumó mi abuelo, que lo hizo con el aporte de su trabajo y su saber en confituras”.
“Con el tiempo mi abuelo quedó a cargo y después siguieron los tres hermanos Pomés: Tito (Pedro Victorio, casado con Elena Jurado), Coco (Santos Oscar, casado con Dora Julia Matta) y Pocho (Juan Manuel, casado con Inés Rivollier), que se dedicaron con todo a la panadería y le dieron el empuje que tuvo en su momento, que permitió comprar la propiedad y hacer una obra nueva”.
“Cuando ellos estaban a pleno había cuatro o cinco panaderías en Gualeguaychú. Sé que en su momento, la San Antonio y la Tinti se cubrían las vacaciones. Una cerraba y la otra abastecía también a esa clientela”, agregó, para dar una idea de cómo se entendía la competencia en un tiempo.
“Era una época en que la panadería abastecía a todas las escuelas, a las que se llevaba galleta a la mañana temprano. Mucha gente de mi edad se acuerda de esa galleta suiza, porque las repartían en canastas, en los recreos”.
También las estancias llevaban, una o dos veces por semana justamente, galleta de campo. Y a esto hay que sumarle las demandas del Frigorífico y del Regimiento.
“Acá se llegaron a mojar cuarenta o cincuenta bolsas de harina por día y había tres turnos de ocho horas, porque la mercadería salía constantemente. Me acuerdo las montañas de leña... Después se abrieron más panaderías, y los supermercados venden su propio pan...”
-También hay que hacer frente a las dietas que indican no comer harina porque engorda...
“Hay menos consumo en septiembre y octubre, cuando la gente empieza a cuidarse. Después vienen las Fiestas y los cuidados se olvidan”.
-Dijiste Fiestas, y hay que hablar del pan dulce...
“Nosotros lo hacemos con la receta tradicional de abuelo, porque siempre guardamos la receta”, respondió mirando hacia un mueble y en ese todo, un cajón.
-¿Qué le ponen?, y no me digas “materia prima de primera calidad”...
“Lleva nueces, almendras, castañas, frutas, pasas... más el secreto del preparado y el amasijo. También la cocción: el horno es fundamental. El pan dulce nuestro se cocina con el calor de la bóveda, con el horno apagado, por eso tiene otro sabor...”
Con ese sabor y con algo más van a celebrar los Pomés los cien años que está cumpliendo la panadería que les legó el abuelo Pedro, el que vino de Girona con su oficio y sus secretos.
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