Buenas prácticas productivas
La historia de la agricultura es la misma que la civilización humana. La agricultura tiene cerca de 10 mil años de antigüedad, desde entonces comenzaron a verse vestigios de prácticas agrícolas de comunidades primitivas. Gracias a estas prácticas agrícolas se fueron formando las comunidades, porque permitió crear tribus cada vez mayores.
Para el siglo XVI había 600 millones de habitantes, para el siglo XVIII 1.000 millones y llegamos a varios miles de millones en el siglo XX. De repente esta forma de cultivar la tierra, que era sustentable, amigable con el medioambiente y con los seres humanos que consumíamos esos alimentos, fue modificada por una matriz ajena a nuestra decisión y nuestra voluntad.
Apareció un modelo diseñado por las multinacionales químicas, que después de la Primera Guerra Mundial estas empresas encontraron un destino a todos esos venenos que se habían diseñado para matar a seres humanos.
Estas mismas multinacionales químicas vieron que ya no podían matar seres humanos porque los convenios internacionales bélicos lo prohibían, y entonces se dieron cuenta que esos venenos mataban bichos.
Diseñaron una nueva forma en el campo que en vez de combatir las plagas a través de la rotación de cultivos y de manera natural, se combatían envenenando los bichos, y esto creó un sistema perverso de producción que nos aprisionó a todos. Este modelo no se rompe con “buenas prácticas”, porque con las buenas prácticas lo que vamos hacer es administrar el envenenamiento.
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