Los expertos advierten que las lluvias de otoño no alcanzaron para revertir la sequía
Las precipitaciones del último trimestre recargaron adecuadamente a los campos de la “zona núcleo”, pero aún se mantiene la escasez hídrica en el centro-oeste del país.
El efecto de la sequía está aún tratando de ser mensurado. Se especula con un retroceso de las exportaciones argentinas del orden de los USD 20.000 millones en 2023 debido a la merma en la producción, que impactó significativamente en la cosecha gruesa.
Sucede que en el segundo trimestre de cada año se concentra la zafra de la soja y crecen también las manufacturas derivadas de harinas, aceites y residuos. El complejo cerealero oleaginoso es el pilar de las exportaciones argentinas y representan casi la mitad de las ventas externas.
Las consecuencias de la sequía van más allá de los bienes exportables y los rindes del agro. Tienen un decisivo impacto fiscal, pues al deficitario Estado argentino le resulta imprescindible contar con los recursos provenientes de las retenciones (derechos de exportación) y para el Banco Central son estos dólares generados por el campo el principal refuerzo genuino de sus reservas internacionales.
Pasado el otoño, las reservas de agua del suelo en el 60% de la región agrícola distan de estar en condiciones adecuadas
Es por esto que los análisis de los climatólogos y meteorólogos son hoy una guía para saber qué es lo qué puede pasar con la economía argentina en los próximos meses. Éstos indican que las lluvias recargaron adecuadamente casi la mitad este de las provincias de Buenos Aires, Córdoba Santa Fe, que constituyen la denominada “zona núcleo”, pero en el centro-oeste no alcanzaron para revertir la condición de sequía y escasez hídrica.
Así lo señaló un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, que frente a este panorama evaluó qué pasará con el 25% del trigo que falta sembrar a la espera de lluvias. En ese sentido, anticipó que este sábado habrá probabilidades de precipitaciones en el centro y este de aquella zona, mientras que el para el martes 27 se esperan lluvias y chaparrones aislados.
Según la entidad rosarina, “había mucha expectativa puesta en lo que ocurriese de marzo a junio con las lluvias, ya que eran el puntapié para el inicio de la nueva campaña. Contrariamente a lo esperado, las reservas de agua del suelo en el 60% de la región distan mucho de estar en condiciones adecuadas”.
“Eran necesarios acumulados que alcancen la media o incluso la superen para poder desterrar los tres años consecutivos de Niña y la sequía que había quedado enquistada sobre los suelos regionales. Sin embargo las lluvias recargaron adecuadamente casi la mitad este de la región núcleo. En un 35% del área, los acumulados oscilaron entre los 150 a 280 milímetros, y solo en un 5% superaron las medias estacionales con más de 280 milímetros”, añadió.
¿Se viene un dólar soja 4?
“El dólar ‘soja’ 3 dejó gusto a poco. El BCRA sólo pudo adquirir el 29% de lo liquidado e inflar las reservas netas transitoriamente USD 1.500 millones. Expirado el esquema, las ventas volvieron y prometen ser una constante a lo largo del segundo semestre, a excepción de cuando el gobierno se disponga a lanzar el, a esta altura, inexorable dólar ‘soja’ 4″, consideraron los expertos de Portfolio Personal Inversiones.
“Estimamos que, quedando 10,3 millones de toneladas por liquidar de la actual campaña -volumen similar a los 10,7 millones de toneladas liquidados en el ‘soja’ 3-, las compras oficiales no excederían largamente los USD 1.500 millones. La realidad se impone y la caída de exportaciones agrícolas de USD 23.000 millones por la sequía se sentirá en el segundo semestre más allá del esquema diferencial que se aplique”, consignaron desde Portfolio Personal.