La Dinama reconoce que UPM emite sustancias peligrosas
En el diario uruguayo “La Juventud” se publicó el 1° de diciembre un informe que da cuenta que la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) reconoce que la planta de celulosa UPM (ex Botnia) emite sustancias peligrosas para la salud humana y a raíz de esa información varias organizaciones sociales reclaman que se determine la contaminación en agua, suelo, aire, flora y fauna.
Según el informe presentado por la DINAMA, la fábrica de UPM (ex-Botnia) está cumpliendo con las “Mejores Técnicas Disponibles”. Y establece que las sustancias vertidas están por debajo de los límites permitidos. Sin embargo, se admite que la planta también ha estado emitiendo otras sustancias, entre las que se cuenta el mercurio. El organismo reconoce que en el semestre analizado la empresa había volcado al río 74 kilos de mercurio y como resultado de la bioacumulación, ya se podría estar consumiendo este mercurio a través del pescado sacado del Río de los Pájaros.
La planta de celulosa UPM utiliza un sistema de blanqueo denominado “libre de cloro elemental” (ECF por sus siglas en inglés). En el blanqueo ECF, las principales sustancias químicas utilizadas son dióxido de cloro (compuesto de cloro), soda cáustica (y/o licor blanco oxidado), peróxido de hidrógeno y ácido sulfúrico.
El blanqueo ECF usa dióxido de cloro y sustancias alcalinas para extraer la lignina disuelta y peróxido y oxígeno para reforzar las etapas de extracción. La preparación de los blanqueadores químicos se producen en la propia planta.
Celulosa, cloro y mercurio
Una de las tantas sustancias preocupantes que emiten las plantas de celulosa es el mercurio, sustancia ampliamente conocida por sus impactos negativos en la salud y en el medioambiente.
El mercurio es un elemento químico que se encuentra en la corteza terrestre. Los seres humanos no pueden crearlo o destruirlo. Es una sustancia tóxica y persistente que cuando se libera al ambiente, eventualmente se deposita en el suelo y en el agua. Una vez allí, los microorganismos lo transforman a metil-mercurio, que se bioacumula en las cadenas alimenticias, por lo que representa un riesgo para la salud humana y el medioambiente.
Una vez que ha sido liberado al ambiente, se puede transportar a grandes distancias y a menudo aparece en zonas muy alejadas de donde fue inicialmente liberado.
El mercurio puro es un metal líquido. Se encuentra naturalmente en rocas como el carbón mineral. La emisión y la liberación al ambiente puede deberse a varios procesos, siendo uno de estos la producción de cloro.
A principio de noviembre, se ha publicado un informe donde se detectan preocupantes niveles de mercurio en Pontevedra y Flix, España. De acuerdo al informe, en ambas ciudades españolas se han detectado niveles muy elevados de mercurio en aire, que superan con creces el límite establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la exposición crónica. También se ha encontrado mercurio en los suelos de las huertas.
Estos resultados vuelven a indicar claramente que la industria del cloro emite mucho más mercurio del que declara oficialmente, poniendo en riesgo la salud de los vecinos.
En la Ría de Pontevedra, en el complejo de Lourizán tiene su sede la pastera Ence, con su planta de celulosa y la fábrica de cloro y otros productos químicos de Elnosa. A raíz de este informe, la empresa Ence ha emitido un comunicado en el cual aclara que no utiliza mercurio ni cloro en su fábrica de Pontevedra, y respecto al primero de los elementos, subraya que tampoco forma parte del proceso industrial de la empresa.
Al respecto, expone que el cloro empleado al inicio de la actividad fue sustituido inicialmente por el proceso ECF, y posteriormente, a comienzos de los años 90, por agua oxigenada y oxígeno en el proceso de blanqueo de la pasta de celulosa de la factoría pontevedresa de Ence. De esta forma, recalca que su producción de pasta de papel está “totalmente libre de cloro”.
No obstante, al día de hoy la población está expuesta a un metal extremadamente peligroso y bioacumulable, como es el mercurio. La flora y fauna están contaminadas, sin importar si el sistema de blanqueo haya sido cambiado por otro menos contaminante y más moderno como es el ECF o incluso por “totalmente libre de cloro”, como declara la empresa
Ence. La contaminación existe y probablemente permanezca por largas décadas, por tratarse de una sustancia que entre sus características tiene la de su no degradación y la bioacumulación.
¿Y en Uruguay?
Según el informe presentado por la Dirección Nacional de Medio Ambiente en agosto 2009, la fábrica de UPM (ex-Botnia) está cumpliendo con las “Mejores Técnicas Disponibles” y establece que las sustancias vertidas están por debajo de los límites permitidos.
Sin embargo, es importante mencionar que en ese informe se dio a conocer que aparte de las emisiones gaseosas, residuos sólidos y efluentes líquidos, la planta ha estado emitiendo otras sustancias, entre las que se cuenta el mercurio. De acuerdo al informe, durante el semestre analizado la empresa había volcado al río 74 kilos de mercurio. Es decir, que anualmente descarga 148 kilos de una sustancia muy contaminante.
Dado que no existen estudios en Uruguay que digan qué ocurre con este mercurio liberado al ambiente por UPM, sí se sabe que éste eventualmente se deposita en el suelo y en el agua y una vez allí, los microorganismos lo transforman a metil-mercurio, que se bioacumula en las cadenas alimenticias, incluyendo a los peces.
Como resultado de la bioacumulación, ya se podría estar consumiendo este mercurio a través del pescado, alimento muy común para las poblaciones que habitan en la cercanía del río Uruguay.
Mundialmente es sabido que el sistema de blanqueo ECF es contaminante y dentro de su contaminación está la emisión de muchos elementos peligrosos entre los que se encuentra el mercurio. (Fuente: Diario la Juventud del 1° de diciembre).
La planta de celulosa UPM utiliza un sistema de blanqueo denominado “libre de cloro elemental” (ECF por sus siglas en inglés). En el blanqueo ECF, las principales sustancias químicas utilizadas son dióxido de cloro (compuesto de cloro), soda cáustica (y/o licor blanco oxidado), peróxido de hidrógeno y ácido sulfúrico.
El blanqueo ECF usa dióxido de cloro y sustancias alcalinas para extraer la lignina disuelta y peróxido y oxígeno para reforzar las etapas de extracción. La preparación de los blanqueadores químicos se producen en la propia planta.
Celulosa, cloro y mercurio
Una de las tantas sustancias preocupantes que emiten las plantas de celulosa es el mercurio, sustancia ampliamente conocida por sus impactos negativos en la salud y en el medioambiente.
El mercurio es un elemento químico que se encuentra en la corteza terrestre. Los seres humanos no pueden crearlo o destruirlo. Es una sustancia tóxica y persistente que cuando se libera al ambiente, eventualmente se deposita en el suelo y en el agua. Una vez allí, los microorganismos lo transforman a metil-mercurio, que se bioacumula en las cadenas alimenticias, por lo que representa un riesgo para la salud humana y el medioambiente.
Una vez que ha sido liberado al ambiente, se puede transportar a grandes distancias y a menudo aparece en zonas muy alejadas de donde fue inicialmente liberado.
El mercurio puro es un metal líquido. Se encuentra naturalmente en rocas como el carbón mineral. La emisión y la liberación al ambiente puede deberse a varios procesos, siendo uno de estos la producción de cloro.
A principio de noviembre, se ha publicado un informe donde se detectan preocupantes niveles de mercurio en Pontevedra y Flix, España. De acuerdo al informe, en ambas ciudades españolas se han detectado niveles muy elevados de mercurio en aire, que superan con creces el límite establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la exposición crónica. También se ha encontrado mercurio en los suelos de las huertas.
Estos resultados vuelven a indicar claramente que la industria del cloro emite mucho más mercurio del que declara oficialmente, poniendo en riesgo la salud de los vecinos.
En la Ría de Pontevedra, en el complejo de Lourizán tiene su sede la pastera Ence, con su planta de celulosa y la fábrica de cloro y otros productos químicos de Elnosa. A raíz de este informe, la empresa Ence ha emitido un comunicado en el cual aclara que no utiliza mercurio ni cloro en su fábrica de Pontevedra, y respecto al primero de los elementos, subraya que tampoco forma parte del proceso industrial de la empresa.
Al respecto, expone que el cloro empleado al inicio de la actividad fue sustituido inicialmente por el proceso ECF, y posteriormente, a comienzos de los años 90, por agua oxigenada y oxígeno en el proceso de blanqueo de la pasta de celulosa de la factoría pontevedresa de Ence. De esta forma, recalca que su producción de pasta de papel está “totalmente libre de cloro”.
No obstante, al día de hoy la población está expuesta a un metal extremadamente peligroso y bioacumulable, como es el mercurio. La flora y fauna están contaminadas, sin importar si el sistema de blanqueo haya sido cambiado por otro menos contaminante y más moderno como es el ECF o incluso por “totalmente libre de cloro”, como declara la empresa
Ence. La contaminación existe y probablemente permanezca por largas décadas, por tratarse de una sustancia que entre sus características tiene la de su no degradación y la bioacumulación.
¿Y en Uruguay?
Según el informe presentado por la Dirección Nacional de Medio Ambiente en agosto 2009, la fábrica de UPM (ex-Botnia) está cumpliendo con las “Mejores Técnicas Disponibles” y establece que las sustancias vertidas están por debajo de los límites permitidos.
Sin embargo, es importante mencionar que en ese informe se dio a conocer que aparte de las emisiones gaseosas, residuos sólidos y efluentes líquidos, la planta ha estado emitiendo otras sustancias, entre las que se cuenta el mercurio. De acuerdo al informe, durante el semestre analizado la empresa había volcado al río 74 kilos de mercurio. Es decir, que anualmente descarga 148 kilos de una sustancia muy contaminante.
Dado que no existen estudios en Uruguay que digan qué ocurre con este mercurio liberado al ambiente por UPM, sí se sabe que éste eventualmente se deposita en el suelo y en el agua y una vez allí, los microorganismos lo transforman a metil-mercurio, que se bioacumula en las cadenas alimenticias, incluyendo a los peces.
Como resultado de la bioacumulación, ya se podría estar consumiendo este mercurio a través del pescado, alimento muy común para las poblaciones que habitan en la cercanía del río Uruguay.
Mundialmente es sabido que el sistema de blanqueo ECF es contaminante y dentro de su contaminación está la emisión de muchos elementos peligrosos entre los que se encuentra el mercurio. (Fuente: Diario la Juventud del 1° de diciembre).
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