Conmoción por la muerte violenta de un joven: investigan el entorno sentimental
Por Nahuel Maciel EL ARGENTINO Gualeguaychú amaneció ayer conmovida por la aparición de un cuerpo sin vida, que presentaba dos balazos: uno por la espalda y otro por el pecho y ambos a muy corta distancia.
El hecho ocurrió en las primeras horas de ayer en General Paz, entre Pueyrredón y Aristóbulo Del Valle, en inmediaciones del barrio Tomás de Rocamora.
Los investigadores además de la coordenada del espacio que es muy específica, en principio ubican esta muerte violenta en las coordenadas del tiempo: alrededor de las 5 de la mañana.
La víctima fue identificada como Fernando Gabriel Pastorizzo, de 20 años, domiciliado en el barrio ATE de calle Nágera.
El fiscal que entiende en esta causa es el doctor Sergio Rondoni Caffa y los investigadores descartan el móvil de robo, porque al revisar la vestimenta del joven, encontraron su billetera intacta, con sus efectos personales ordenados.
La primera información indica que fue un remisero que pasó por el lugar, quien vio el cuerpo tirado junto a un hombre y cuando dejó a su pasaje regresó casi de inmediato pero ya estaba la víctima sola.
Al parecer los disparos que tenía el cuerpo, pertenecen a un arma de fuego calibre 9 milímetros.
El subjefe de la Departamental de Policía, comisario mayor, Sergio Hormaechea, reconoció que tomaron conocimiento del hecho alrededor de las 5:30, corroborando lo dicho del remisero y cuando llegaron al lugar el joven ya estaba fallecido.
Hormaechea aseguró que se pudo establecer que la víctima se conducía en la moto que estaba en el lugar y, en principio, tiene dos disparos: el primero habría sido en la espalda y el segundo en el pecho, y fue en momento en que la víctima iba transitando con su moto.
Relaciones
Los investigadores lo primero que hicieron fue poner la lupa sobre su entorno inmediato. La presión fue tal que en horas de la mañana, una joven se presentó ante el fiscal Rondoni Caffa, quien lleva adelante la Investigación Penal Preparatoria. Esta joven tenía o había tenido una relación de noviazgo e indicó que en ese momento estaba en su domicilio familiar. Se trata de una relación enmarcada en un ambiente de violencia, es otro elemento que se suma a esta causa.
El padre de la joven, que es funcionario policial, también está siendo investigado.
Además, también declararon varias personas allegadas a esta joven, la mayoría ex compañeras de colegio, quienes habrían indicado al fiscal que esa relación estaba signada por violencia de género e incluso habría denuncias en ese sentido que se habían radicado tiempo atrás.
Así, este contexto de relaciones sentimentales es el primer círculo que los investigadores están profundizando para esclarecer el homicidio.
Testigos
Jorge Sandoval es un vecino que vive a metros donde cayó Fernando Pastorizo, en calle Pueyrredón al 300 en el barrio Tomás de Rocamora. La Policía golpeó la puerta de su casa a las 8 de la mañana para convocarlo como testigo de la pericia, que en ese momento había comenzado a realizar la División Criminalística de la Jefatura Departamental.
Sandoval narró a EL ARGENTINO lo que vio al observar el cuerpo de la víctima. “No escuché nada a las 5 de la mañana. Me desperté porque había un policía golpeando mi puerta para solicitarme que colaborara como testigo”.
En ese momento observó que el cuerpo del muchacho estaba tendido boca arriba. “La moto (de 110 cc) estaba parada y había dos cascos en el suelo. Cuando los policías comenzaron a revisarle la ropa encontraron la billetera, en su interior estaban las tarjetas de crédito, había algo de dinero, estaba su DNI, el carné de conducir, una tarjeta Sube y la llave de la moto estaba puesta, así que no creo que le hayan querido robar”, dijo el vecino.
También describió que “el joven recibió dos disparos en el pecho con orificio de salida por la espalda, tenía una herida entre los dedos de la mano derecha, como si hubiera querido taparse el pecho cuando recibió la primera bala”.
Sandoval indicó que “la Policía encontró una cápsula de bala 9 mm que encontraron cerca del cuerpo y una vaina servida”.
Pericias
El fiscal Rondoni Caffa secuestró celulares y remitió para realizar las pericias de la cápsula y una vaina de bala 9 mm, además del arma reglamentaria del padre de la joven que se presentó ante la fiscalía. Esas pericias se realizarán en la Dirección de Criminalística de la Provincia, que funciona en un edificio integrado en la Jefatura Provincial en Paraná.
Allí funciona un área clave: balística. Los técnicos que operan en este lugar trabajan con un equipamiento que fue importado de Alemania, y que ahora permite realizar la comparación de proyectiles disparados por armas de fuego, pero también distinguir las vainas, las marcas que diferentes herramientas dejaron en el metal, los indicios y otros elementos colectados en la escena del crimen.
De esa observación incluso se determina si una vaina de proyectil vino de fábrica o fue recargada e incluso es tan preciso que se puede determinar qué herramientas se utilizaron para esa recarga. Y cuenta con una base de datos sumamente importante: cada arma que se le confío a un funcionario policial, es disparada en este lugar para registrar las estrías y otras marcas que cada arma deja como si fuera una huella digital.
Así, se sabrá si esa cápsula 9 mm pertenece o no a un funcionario policial.
Crímenes impunes
En Gualeguaychú son varios los homicidios que por el momento están sin esclarecer.
Es oportuno recordar que el homicidio es el acto en que se causa la muerte de otra persona. En rigor, el homicidio es un delito que atenta contra el bien jurídico más importante de cualquier sistema de justicia: la vida humana.
No es casual que se trata de un delito que se encuentra castigado en todas las legislaciones del mundo, en la mayoría de los casos con penas privativas de libertad.
En este marco es oportuno comprender que esclarecer una muerte siempre es una tarea compleja, llena de dificultades. Pero también es verdad que son demasiados los casos que esperan por Justicia y que por el momento quedan impunes.
Tan sólo a manera de ejemplo –pero hay muchos más- se recuerda que Héctor Horario Sturz, 42 años, mecánico de profesión, fue brutalmente asesinado en su taller ubicado en General Paz 515, en la noche del 23 al 24 de diciembre de 2003; justamente a metros del homicidio cometido contra Fernando Gabriel Pastorizzo.
El cadáver de Sturz fue hallado por un familiar de la víctima, quien al entrar al taller lo encontró en el piso de una habitación con las manos atadas con alambre y el cuerpo maniatado con un cable. Luego la policía y los peritos habrían descubierto que el cuerpo presentaba varias heridas de arma blanca.
Siempre llamó la atención que no había daños en la puerta de ingreso, por lo cual se estimó que el crimen no tuvo fines de robo y que la víctima habría conocido a los delincuentes y les habría abierto la puerta.
Otro caso es el de Yolanda “Yoli” Pradelli, asesinada el 4 de abril de 2005 en Larroque. Sisto Caballero, fue asesinado en una estancia el 4 de junio de 2007. La Justicia no pudo hasta el momento esclarecer lo sucedido.
Juan Alberto Egui, murió en circunstancias extrañas el 29 de octubre de 2001, pero nunca se pudo avanzar en su esclarecimiento.
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