La escritora Gloria Casañas habla de sus novelas románticas

Abogada de profesión y apasionada por la historia, ya tiene seis títulos en su haber, todos ellos con el amor y un contexto histórico como denominador común. Además, tienen el componente especial de que sus novelas transcurren en la Argentina. La canción del mar, éxito de ventas el año pasado, se sitúa en una floreciente Mar del Plata de 1880; mientras que Y Porâ se mete de lleno en la guerra de la Triple Alianza. Por el sendero de las lágrimas, editado por Plaza & Janés, se ubica en 1872 y tiene dos escenarios: el Río de la Plata en plena presidencia de Domingo F. Sarmiento y las montañas donde vivían los nativos cherokees en los Estados Unidos. Presenta la imposible historia de amor entre el norteamericano Jim Morris y la novicia Claramaría La Rochelle.

En entrevista con Infobae, Casañas contó cómo construye sus novelas, que son preferidas por las mujeres pero aptas para hombres, y confesó que a veces su disparador es más un episodio histórico real que la ficción en sí.

-En general, ¿cómo es el trabajo documental que hacés para tus novelas?

-Siempre que estoy pensando en una novela, primero busco a ver qué hay y después hago un rastreo. En Buenos Aires, recorro la avenida Corrientes de punta a punta, por ejemplo. Leo, comparo libros, tomo apuntes, escribo ideas que me van surgiendo... Aplico el mismo método que si rindiera un examen.

-Cuando escribís, ¿qué te surge primero?, ¿el marco histórico sobre el que te interesa trabajar o la trama?

-Fue distinto en cada novela, pero en muchos casos el contexto aparece primero, cuando me gusta un lugar, un período o un episodio histórico. Con Y Porâ, por ejemplo, quería escribir una novela de guerra, donde hubiera una descripción de las trincheras y de la vida de los soldados. Me apareció la idea del personaje Bautista Garmendia, y por la idiosincrasia que le dí encajaba con el modo de ser de un correntino. Entonces, decidí que la guerra tenía que ser la de la Triple Alianza. Y desde allí empecé a armar el resto. A veces me aparece una forma de ser, un carácter y empiezo a pensar qué cosas le podrían pasar y después lo ubico. Sigo el instinto, las cosas de las que me gusta hablar.

-Los libros románticos se suelen apuntar más al público femenino, ¿te leen solo mujeres o tus novelas también atrapan a los hombres?

-Mis lectores son muy variados, de cualquier edad, de todas las provincias, distintos oficios y profesiones. Incluso de generaciones: me leen la abuela, la madre y la hija. Y también tengo lectores varones, no están dirigidos solo a las mujeres. Y Porâ atrajo a los hombres. De todas maneras, cuando escribo una novela trato de no pensar en nadie en particular, sino de dejarme llevar. Escribo lo que me sale.

-¿Creés que tus libros sirven para despertar interés por la Historia?

-Sí, me sorprendió saber que los lectores decían que amaban conocer esos episodios de la historia argentina. Pensaba que no les gustaba demasiado la historia, y me han dicho lo contrario, que agradecen que se las cuente esos hechos de la historia. Algunos hasta me sugieren temas o épocas, con un anhelo de saber más todavía.

-¿A qué atribuís la popularidad del género histórico romántico?

-A la gente le gusta saber historia sin tener que estudiarla en forma académica y encontró una forma de hacerlo con esto, aprender pero disfrutando de una trama. Y se descubren cosas que a lo mejor ni siquiera los libros de Historia tradicionales revelan, como la vida cotidiana y las costumbres.

Fuente Infobae