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Diario El Argentinoviernes 26 de abril de 2024
Policiales

Una madre prostituía a su hija menor a cambio de no pagar el alquiler del hogar donde vivían

Una madre prostituía a su hija  menor a cambio de no pagar el  alquiler del hogar donde vivían

A partir de la denuncia de la menor se conoció una historia escalofriante. La madre de la víctima entregaba a su hija menor para que el propietario -y su hijo- del lugar donde vivían no les cobren el alquiler correspondiente. Es decir, la madre prostituía a su hija de 14 años que era abusada por el propietario del inmueble y su hijo de manera sistemática.


 

El hecho comenzó a ocurrir en 2011 y recién ayer cobró estado público a raíz de que la víctima tomó el valor y pudo denunciar lo que pasó. Por esto están los dos abusadores, Raúl Benjamín Benítez y Raúl Francisco Benítez, imputados por el delito de abuso sexual. Todo sucedió en la localidad de Victoria.

Esta extorsión fue denunciada por la menor primero ante un minúsculo círculo escolar, luego tomó estado judicial involucrando a la Defensoría de Menores, y tras un pormenorizado análisis que sumó a un equipo interdisciplinario entre los que se cuentan psicólogos y psiquiatras, la Unidad Fiscal logró reunir elementos probatorios para imputar a Raúl Francisco Benítez y a su padre Raúl Benjamín Benítez por abuso sexual, “con acceso carnal en el primer caso”, y “simple en forma reiterado” de acuerdo al Expediente Nº 18085, Fº 13, L.E.16, respectivamente, según publicó el diario Paralelo 32.

Si bien en los últimos días hubo apelación al dictamen de la Cámara en lo Criminal con asiento en Gualeguay, en caso de haber una condena firme, se le asigna al primero de los mencionados una pena de seis años y medio de prisión, dos años de cumplimiento efectivo al segundo, y tres años en suspenso a la madre de María, ésta última por “cooperación en abuso sexual”.

Todo comenzó cuando Benítez le prestó al padrastro de la menor esta casa de la chacra, donde siguió criando animales y por tal motivo visitaba regularmente el lugar junto a su hijo, e incluso prestaba otra parcela para una huerta. En ese contexto, entre el corral y el manejo de animales, se fueron precipitando diálogos subidos de tono que luego pasaron a manoseos y finalmente el abuso carnal reiterado.

En la causa también se tomó testimonio a una agente sanitaria, que concurría a la escuela donde asiste la menor, y al saber lo que acontecía de boca de la maestra, encaró al propio Benítez –propietario de una carnicería en calle Montenegro de Victoria– por los abusos, “él se le rió en la cara y le dijo que hiciera lo que quisiera, total él era intocable”. Incluso Benítez le habría dicho que los vecinos estaban al tanto.


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