Ciudad
El valor del voto
Con el comienzo de la campaña electoral para las PASO (formalmente, treinta días antes del 13 de agosto, aunque previo a esa fecha, muchos ya habían dado un paso adelante) escucharemos promesas de todo tipo y color; también conoceremos secretos guardados que ahora, en esta instancia, ya no se guardarán tanto.
Porque ya sabemos, por la experiencia de las últimas elecciones que hemos tenido, que los candidatos, más que proponer un plan de trabajo, con un minucioso desglose de las acciones a las que se abocarán para cumplirlo, así como de los fondos con los que contarán para solventarlo, se dedicarán a decirnos lo que consideran que queremos escuchar y por supuesto, a criticar a todo aquel con el que sientan que compiten. Es decir, que esta campaña rumbo al 13 de agosto servirá para que escuchemos y leamos de todo como en botica. Será una experiencia apreciable detenernos en todas las propuestas, centrándonos más que en cada promesa en sí, en la forma, el cómo habrán de cumplirla.
Y no menos interesante será llevar un registro de todos los trapitos que saldrán al sol, porque también sabemos que entre los políticos parece haber un código según el cual en campaña está todo permitido. También cuestionar lo que se sabía de antes, pero se lo omitió en lugar de gritarlo a viva voz, como se hace ahora y con más intensidad se hará de agosto a octubre.
Cada ciudadano tendrá entonces la oportunidad valiosísima de establecer no sólo cuándo algo es cierto o no, así como el alcance y la posibilidad cierta de concreción de lo prometido, sino además, quién es quién dentro del listado de los que vienen por nuestro voto. Entonces, digámoslo con claridad: ahora es el momento de ejercer nuestro derecho cívico y lo que es más importante, nuestra responsabilidad ciudadana.
Porque en democracia no se llega a los lugares de poder sin la suma de votos que lo permiten.
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