Entrenados para matar

Se ha informado que el perro estaba atado, que en el lugar donde se lo había dejado solían jugar los chicos de barrio, que los vecinos no querían pasar cerca de la verja de la casa de este hombre porque  se dedicaba a la cría de perros de raza y además, guardianes.

Pero sobre lo que hay que hacer foco es en su irresponsabilidad de dejarlo en la vía pública, sin collar de ahorque  y sin bozal.

El fallo del Tribunal de Casación Penal bonaerense no tiene precedentes en la justicia argentina.  Pero lo sienta, por lo que en adelante, ya no se podrá evadir esta responsabilidad pidiendo disculpas o pagando una indemnización. Que quede claro para quienes crían y entrenan perros peligrosos, a los que preparan para atacar, usando el maltrato como método de aprendizaje. También que recuerden quienes pasean sus perros por las calles de la ciudad que existe una ordenanza, que está vigente y establece que los perros deben salir a la calle con bozal y amarrados por una correa a la persona responsable. El caso del chiquito de dos años   ha sido un horror y si se lo difunde, así como el castigo que recibió el responsable de la tragedia, es para evitar que se repita.