Preocupa el alto consumo de alcohol
Un informe de la Secretaría de Lucha contra las Adicciones advierte que es muy alto y grave el consumo de alcohol entre adolescentes.
El relevamiento es muy elocuente: más del ochenta por ciento de los jóvenes menores de 17 años de edad consultados admitió que consume alcohol.
Es imperioso que se comprenda que el alcohol es también una droga. Es urgente que el Estado, alarmado ahora por este relevamiento, sea más serio y mucho más responsable a la hora de controlar el horario de menores en la televisión, donde una publicidad engañosa muchas veces relaciona el alcohol con el éxito en la vida. No es una cuestión mojigata, porque los estímulos que reciben estos menores son constantes y hay que convenir que no tienen herramientas para asumir conductas más responsables y caen con mucha facilidad en la evasión de la realidad. Incluso lo hacen con el consentimiento de sus padres. No hay que alarmarse, sino preocuparse porque la llamada previa se hace en un hogar y de allí ya salen alcoholizados, muchos conduciendo vehículos.
El informe de la Secretaría de Lucha contra las Adicciones es alarmante, aunque no genera asombro porque desnuda algo que casi todos ya sospechaban o sabían: el 81 por ciento de las chicas de entre 16 y 17 años, y el 82,7 por ciento de los chicos de esa misma franja de edad admite que consume alcohol.
Eso no es todo: el 55,6 por ciento de las mujeres que no han pasado los 13 años ya bebe alcohol y esto es de una precocidad que no debe admitirse y tomar conciencia, sin engaños, que el alcohol es una droga y que las drogas no son duras o blandas, porque en rigor todas destruyen y matan.
Este relevamiento se realizó gracias al programa Conectare, que el año pasado entrevistó a 1.458 estudiantes secundarios de veinte escuelas de la provincia, de las cuales dos pertenecen a Gualeguaychú.
Este estudio también da un indicador llamativo: son más las mujeres que los varones los que consumen alcohol.
El consumo de alcohol entre los adolescentes va en ascenso, año tras año y sus causas son concurrentes y múltiples. Y es urgente que se aborde desde una concepción de salud integral porque el paso siguiente al alcohol es la droga como paco, marihuana o cocaína para citar algunas.
El deterioro de los jóvenes y adolescente es tremendo. Está claro que este relevamiento es clave para saber y conocer la realidad, pero se necesitan programas específicos que aborden a los adolescentes y jóvenes desde una integridad. Y lo otro es que el medio que primero les informa acerca del uso indebido de drogas es la televisión, la escuela y el hogar.
Hay que enfrentar estas situaciones, porque no hacerlo es darle lugar a la proliferación del narcotráfico. Porque es elocuente que en los lugares donde los adolescentes se procuran el alcohol (cuya venta está prohibida para ellos) también circulan otras clases de drogas y las ofertas están al alcance de la mano. Y eso es lo que está pasando. Se ingresa por el alcohol y se muere en las drogas.
Es imperioso que se comprenda que el alcohol es también una droga. Es urgente que el Estado, alarmado ahora por este relevamiento, sea más serio y mucho más responsable a la hora de controlar el horario de menores en la televisión, donde una publicidad engañosa muchas veces relaciona el alcohol con el éxito en la vida. No es una cuestión mojigata, porque los estímulos que reciben estos menores son constantes y hay que convenir que no tienen herramientas para asumir conductas más responsables y caen con mucha facilidad en la evasión de la realidad. Incluso lo hacen con el consentimiento de sus padres. No hay que alarmarse, sino preocuparse porque la llamada previa se hace en un hogar y de allí ya salen alcoholizados, muchos conduciendo vehículos.
El informe de la Secretaría de Lucha contra las Adicciones es alarmante, aunque no genera asombro porque desnuda algo que casi todos ya sospechaban o sabían: el 81 por ciento de las chicas de entre 16 y 17 años, y el 82,7 por ciento de los chicos de esa misma franja de edad admite que consume alcohol.
Eso no es todo: el 55,6 por ciento de las mujeres que no han pasado los 13 años ya bebe alcohol y esto es de una precocidad que no debe admitirse y tomar conciencia, sin engaños, que el alcohol es una droga y que las drogas no son duras o blandas, porque en rigor todas destruyen y matan.
Este relevamiento se realizó gracias al programa Conectare, que el año pasado entrevistó a 1.458 estudiantes secundarios de veinte escuelas de la provincia, de las cuales dos pertenecen a Gualeguaychú.
Este estudio también da un indicador llamativo: son más las mujeres que los varones los que consumen alcohol.
El consumo de alcohol entre los adolescentes va en ascenso, año tras año y sus causas son concurrentes y múltiples. Y es urgente que se aborde desde una concepción de salud integral porque el paso siguiente al alcohol es la droga como paco, marihuana o cocaína para citar algunas.
El deterioro de los jóvenes y adolescente es tremendo. Está claro que este relevamiento es clave para saber y conocer la realidad, pero se necesitan programas específicos que aborden a los adolescentes y jóvenes desde una integridad. Y lo otro es que el medio que primero les informa acerca del uso indebido de drogas es la televisión, la escuela y el hogar.
Hay que enfrentar estas situaciones, porque no hacerlo es darle lugar a la proliferación del narcotráfico. Porque es elocuente que en los lugares donde los adolescentes se procuran el alcohol (cuya venta está prohibida para ellos) también circulan otras clases de drogas y las ofertas están al alcance de la mano. Y eso es lo que está pasando. Se ingresa por el alcohol y se muere en las drogas.
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