La magia de las infancias y la literatura
Cada cuento que leemos a nuestros niños es una semilla de cultura que se va regando en familia y en cada encuentro de los pequeños con actividades culturales.
Conocimos a Ana Federik, mamá de tres peques de 7, 5 y 2 años, en una tarde de cuentos y títeres. Ese encuentro fue un gran puente para que las infancias comiencen a conectar con las páginas de grandes libros. Ella es actriz, directora y docente de teatro, egresada de la Escuela de Teatro de Buenos Aires. Estudió con el director y pedagogo Raúl Serrano, con el que trabajó como asistente y fue docente del segundo nivel de actuación de la carrera. También, fue docente de cursos y seminarios en el Centro Cultural Borges y en diferentes salas de CABA. Además, estudió Dirección en la Escuela Metropolitana de Artes Dramáticas, dirigió 5 espectáculos y actuó en diferentes obras, como directora y productora, siempre dentro del circuito independiente de CABA.
¿Cómo iniciaste en Gualeguaychú los talleres literarios para niños?
El año pasado nos mudamos de Capital Federal a Gualeguaychú y me pareció que era una buena oportunidad para comenzar a trabajar con las infancias. Escribí y presenté en varios lugares un proyecto que se llama “Habitar las bibliotecas” que básicamente consistía en acercar a los peques a ámbitos culturales como las bibliotecas (espacios que considero riquísimos como vehículos para los niños y su ingreso al contacto con libros y cultura).
A través de Janet y Pablo, que coordinan la Biblioteca López Jordán y quienes me aceptaron el proyecto, llegué a armar varios encuentros en los que se invitaba de manera gratuita a los niños y niñas a participar de un encuentro con libros y títeres. Los títeres en este caso, ya que no soy titiritera, eran usados como vehículos para vincular los cuentos. Los seis encuentros fueron creciendo en convocatoria y fueron muy ricos ya que muchos de los niños nunca habían estado no solo en la biblioteca sino en contacto con los libros. El encuentro consistía en que los títeres presentaban los libros y los temas o incluso a veces, hacia alguna obra de Javier Villafañe para acompañar las lecturas, así también se hacía un encuentro más dinámico.
Luego, este año, pude volver a la docencia y comencé con un taller para infancias de cuatro a siete años en la Biblioteca Jordán y continúe con las actividades de cuentos y libros en la librería Puente Naranja, que se especializa en literatura infantil.
¿Cómo es la dinámica de la literatura a través de títeres y actividades teatrales?
El tema de las actividades en relación a los cuentos los pienso como una continuidad de poder plasmar ese imaginario que despiertan los cuentos. Me gusta que el cuento no quede como algo cerrado sino dar lugar ya sea a conversar sobre lo vivido, lo escuchado, lo sentido y de alguna manera plasmarlo en la actividad, es decir, pasarlo por el cuerpo. En la tarde del viernes, por ejemplo, los peques hicieron un librito en el que iban armando con imágenes y palabras un pequeño relato luego de escuchar cuentos sobre seres mágicos.
Los títeres, a veces, los uso como presentadores, como trampolín para ingresar en un universo. Hace poco hicimos también en la librería Puente Naranja una actividad sobre el mundo de María Elena Walsh. Los títeres contaron poesías, adivinanzas, relatos y los niños y niñas lo disfrutan mucho. Luego, siempre quieren seguir escuchando y reciben mejor los cuentos. Me gusta generar un espacio descontracturado en el que se sientan parte y en el que podamos mirarnos y reírnos juntos. Se juegan cosas muy lindas a través del relato. No solo es escuchar y ser escuchado. Para mí, el desarrollo de la atención, la concentración y sobre todo la imaginación en estos tiempos son fundamentales. Yo estoy aquí y ahora, con vos, abriendo puertas…me gusta pensarlo así. Admiro y valoro mucho la imaginación y me gusta pensar que ayudo a volar desde mi pequeño lugar.
En cuanto a lo teatral, el taller anual que estoy por finalizar este año para infancias de 4 a 7 años se llama Inventa mundos y ha sido una gran experiencia. Tengo catorce peques que están desde que comenzó el año. Comenzamos con títeres y cuentos mientras que siempre vamos trabajamos el entrenamiento de herramientas a través del cuerpo (concentración, disponibilidad, registro, confianza, etc.). Luego de los juegos teatrales, pasamos a las impros y ahí vamos, por cerrar el año y mostrar los trabajos. Muy feliz con eso y agradecida a la biblioteca que me brindó el espacio porque no me fue fácil.
Realizás tus actividades en bibliotecas y librerías ¿Sentís que la locación transmite curiosidad a los niños?
Yo creo que el espacio siempre es condicionante y me parece maravilloso estar con ellos entre libros, se familiarizan y les llama la atención, claro. También he ido a algunas escuelas aquí y han sido grandes experiencias. Hay niños que no tienen nadie que les lea, que les abra esa puerta, ellos se identifican con los personajes, elaboran ideas y pensamientos, imaginan y también procesan así sus emociones.
En estos tiempos, creo que es realmente importante acercar de la manera que se pueda a estos espacios y que se sepa que no hace falta comprar, en el caso de las bibliotecas, para poder llevarse un libro a casa y para muchos es genial. Leer en la infancia creo que es una gran apuesta al futuro.
¿Cómo elegís los libros para cada actividad?
En general, pienso en un tema primero y luego busco material. Hace poco hicimos una actividad sobre emociones que es un tema muy llamativo en este momento y hay mucho material.
Traté de buscar libros que tengan una historia, un desarrollo en la que los peques puedan ellos identificar qué les pasa a los personajes, y no al revés, no use libros de categorías ni emocionarios porque creo que es más interesante ir hacia el pensamiento y funcionó muy bien. Luego de leer un libro de Brown les pregunto qué creen que le pasaba al personaje y una niña dice: mmm, necesitaba amor seño…quería sentirlo cerca a su hermano. De otro libro, un niño luego de pensar dijo: no se sentía seguro…y así. Pienso, que el desarrollo de la subjetividad es muy importante y no hay que subestimar a las infancias. Trato siempre de trabajar desde el respeto.
Pero en general, lo armo de esa forma, de lo general a lo particular, a veces aparecen poesías o libros que son más bien para manipular por tener solapas y demás.
Para Halloween por ejemplo, leí, entre otros cuentos, uno de Edgar Allan Poe y les encantó. Me pareció genial aprovechar una oportunidad así para que conozcan a un autor tan potente. Y luego, preguntaban: ¿cómo era que se llamaba el señor? Yo dentro mío pensaba, ojalá lo recuerden. Por suerte hay mucho material, editoriales hermosas y autores e ilustradores increíbles.
En estas actividades ¿participan las familias?
Las familias participan solo en las actividades o lecturas en que los niños tienen menos de cuatro años y está bueno también que los acompañen. Se los ve disfrutar, como todo, el desarrollo de la atención es un proceso. No todos los peques de tres y cuatro años escuchan de la misma manera. A los que no están acostumbrados a que les lean, les cuesta más, pero lo disfrutan también. El saber que no solo serán cuentos y que habrá una actividad o títeres para los más chicos sobre todo es un respiro porque necesitan movimiento. Cuando leo, me gusta que se me acerquen, a veces se me suben a la falda, si el libro lo permite, me siento en el piso con ellos, creo que suma sentirnos cerca. Y como soy actriz me es inevitable actuar un poco cuando puedo y me gusta verlos como me miran asombrados y risueños.
¿Recomendás armar en nuestra casa rincones de lectura o mejor ser espontáneos?
Pienso que esta bueno armar un rincón de lectura porque esta lindo que ellos sepan dónde ir a buscar libros y tener cerca donde sentarse a mirar o a leer ese libro que eligieron. Creo que eso ayuda al contacto con el libro, pero sino también, el que haya libros en la casa también suma. Y seguramente, el ver leer a los adultos de la casa. Libros a la vista, creo que despiertan interés. Y para leerles, yo creo que siempre es bienvenido en el lugar que sea. Me he encontrado leyéndoles un cuento a mis hijas mientras cocino, jaja. A la noche para que se duerman…hay casas en las que funciona y casas en las que no. Por ahí es mejor leer cuando tenemos más pilas.
En nuestra ciudad, ¿qué lugares recomendás para que los niños se inicien en la lectura literaria o escritura de cuentos?
Al no ser de aquí, (soy de Paraná) no conozco tanto pero si estos dos lugares en los que me recibieron con los brazos abiertos y que tienen una onda hermosa que son la Biblioteca López Jordán, que tiene un espacio para infancias, y la librería Puente Naranja en calle San Martin y Rocamora.
La Biblioteca López Jordán fue el único espacio que respondió (lo envié a cultura y muchos lugares más, incluso jardines) a mi proyecto de Habitar las Biblioteca con Infancias y que me invitó a dar mis talleres, así que les estoy más que agradecida.
En este momento, sigo mi formación ya más abocada al trabajo con infancias, con la idea de seguir profundizando en este universo de libros, títeres, teatro y en cuanto pueda comenzaré a armar un espectáculo. Si bien, nos vamos a vivir a Paraná con mi familia, voy a seguir viniendo a Gualeguaychú porque también queda mi familia política, así que seguiré con las actividades en la librería mientras me sigan invitando. En Paraná, tengo el proyecto de armarme un lugar para dar mis clases y armar mis actividades.
Este gran puente que son los libros nos abren miles de historias, posibilidades y ayudan a desarrollar el pensamiento y creatividad de cada ser. Ana es mucho más que docente para las infancias. En cada encuentro puede despertar en cada niño una pregunta y esa curiosidad será maravillosa para seguir descubriendo nuevas oportunidades a través de las páginas de los libros. Los invitamos a seguir su cuenta de Instagram @FederikAna y disfrutar de sus actividades culturales.
Antonella Di Pietro