Editorial Ipodagua
El fantasma impune de la ONG Green Cross
En las luchas ambientales existen ONGs direccionadas por empresas contaminantes que intentan comprar la licencia social de los pobladores.
En Gualeguaychú un día apareció ‘Green Cross’, presidida por Marisa Arienza. Esta ONG ‘Internacional’ llegó a nuestra ciudad con el discurso de mediar en el conflicto, y prometió realizar informes que demostrarían la contaminación ambiental sobre el agua, aire y tierra que produce la pastera finlandesa Botnia. Al poco tiempo, diario La Nación publicó un informe de Green Cross –que nunca se realizó-, diciendo que la planta no produjo cambios en la biosfera del río. En aquel momento, tal fue la irritación de la ciudadanía que, Marisa Arienza, fue a la asamblea para desmentir el titular, y prometió que publicaría una solicitada explicando que Botnia contamina. Pero Arienza no cumplió. En mayo pasado, presenciamos una paupérrima ‘Charla’ de la ONG en la Universidad de Belgrano –UB-. La conferencia carecía de conocimiento técnico y de profesionalismo. Era un intento xenofóbico contra los vecinos de Gualeguaychú: “Los entrerrianos piensan que el mundo está contra ellos, son una ciudad medieval”, decía Arienza mientras que asentían el decano de la Facultad de Derecho, y el impresentable y mal orador, Oscar Ventura. Por sorpresa irrumpió IPODAGUA para desmentir las burradas que decían. Provocamos una situación similar a cuando se desbarata una banda de malhechores. Avergonzados, los integrantes de Green Cross se tuvieron que retirar del lugar con el repudio del alumnado que participaba del evento. Pasados los meses, esta organización volvió al ruedo para realizar una charla apoyando las extracciones de minerales de la Mega Minería. Evento auspiciado por minera La Alumbrera y del que no se permitía el ingreso a personas ajenas al lugar – una auto protección luego del papelón en la UB-.
A casi un año del ‘papelón de Green Cross’, revista Rolligs Stones publicó una nota titulada “El Riachuelo: ese agujero negro”, una investigación periodística de la miserable situación que viven hoy los pobladores de una zona que, por los años ’30, se promocionaba por su desarrollo económico, y hoy está sumergida en la miseria.
Con total caradurez, aparece la aun impune Marisa Arienza, hablando de las condiciones sociales producto de las enfermedades y la contaminación que hace décadas reina en el lugar. La gran defensora de Botnia, y las multinacionales minerías, ahora se muestra conmovida por el Riachuelo. Pero no se conmueve que aun se lo sigue contaminando. Objetamos a Mariza Arienza, y repudiamos el funcionamiento de Green Cross, que lejos de proteger al medio ambiente, actúan para beneficiar a los grandes contaminadores. Nuestra opinión no tiene por qué coincidir con la de Green Cross, pero alertamos que esta ONG trabaja para que sean violados los principios medioambientales, y lo Derechos Humanos de las personas.
Este contenido no está abierto a comentarios