Hacia un modelo de gestión en cooperadoras escolares en zonas aledañas al Delta

Las gestiones de las asociaciones cooperadoras de escuelas primarias, pueden resultar más o menos exitosas, dependiendo de aspectos como los de dos escuelas que se comentan a continuación.

Escuela Primaria Nº 9 Leopoldo Herrera en cercanías del Río Gualeguaychú, Entre Ríos.

Las gestiones que aquí se describen se realizaron entre  los años 1994 y 1997.

Gestiones a nivel de antiguos alumnos

Convocar a ex alumnos no es necesariamente productivo y hasta puede resultar desventajoso. Sin embargo una acertada selección puede generar sorpresas. En el caso de la escuela Leopoldo Herrera, un antiguo alumno que no residía en la provincia de Entre Ríos tenía vínculos con empresarios y logró proveer el 80% del costo de alrededor de 250 asientos con pupitres. Este logro sirvió de estímulo para que el 20% de los fondos faltantes fueran aportados por otro ex – alumno.

Cooperación internacional

Durante el período analizado, Francia gozaba de una apacible época de progreso y orden social. Un ex alumno de la Escuela Nº 9 (EP 9) tenía trabajos de cooperación científica por lo que, gestiones mediante, se logró hermanar una escuela primaria francesa con la escuela argentina aquí analizada. Así en la Ville de Pertuis, el alcalde obtuvo la aprobación de la comisión de presupuesto escolar.

Integración de una cooperadora con residentes cercanos

En la escuela EP 9 había un buen número de ex alumnos que permanecían en las inmediaciones. Reunión de por medio, supieron que había un grupo de trabajo motivado lo cual los impulsó ante cualquier convocatoria por tareas de mantenimiento inesperadas. La generación de un grupo de trabajo heterogéneo también tiene sus desventajas: a) algún miembro que quiera cobrar por sus servicios, b) que se propongan a parientes y amigos como prestadores de servicios.

Gestión a nivel de ONG con objetivos que incluyen cooperar con la educación

Hay organizaciones no gubernamentales (ONG) que incluyen en sus objetivos la ayuda a escuelas y casas de estudios. En el caso de la EP 9, se obtuvieron subsidios en dos Fundaciones, una de la Provincia de Buenos Aíres y otra en la Capital Federal. Así, la Fundación Confederal y la Fundación Rocca, contribuyeron a sendos proyectos que involucraban la estructura edilicia. Es importante remarcar, que el fin del beneficio obtenido debe ser exactamente el que motivó la solicitud. Nada desconcierta más al benefactor que comprobar que su voluntad es traicionada por aquellos que creen poder disponer libremente de un donativo.

Bancarización de los fondos

Es usual que haya una tendencia a la informalidad en el manejo de los dineros que tienen propósitos determinados. “Sacar plata del bolsillo”, “recibir un sobre”, “hacer una colecta entre amigos”, son formas no transparentes que no están dentro del espectro que un benefactor espera. En el caso de la EP 9 los fondos manejados en el período analizado se depositaron en cuenta bancaria. En un caso, una institución benefactora que hizo una donación que financiaba parcialmente un proyecto, pidió un extracto bancario con un saldo y el acta de cooperadora en donde se especificaban costos y partidas asociadas al proyecto.

Dar a conocer las actividades

Es importante que quienes aportan bienes y servicios a instituciones escolares sepan adónde va el producto de su espíritu solidario. En el caso de la EP 9 obras como la renovación total del mobiliario fueron objeto de publicaciones en un periódico local. Ello estimula a quienes no ignoran la realidad de una institución escolar pero no se sienten tentados de hacer aportes.

Escuela Primaria Nº 11 Paula Albarracín de Sarmiento en cercanías del Río Luján, Escobar, Buenos Aires.

Las gestiones a las que se hace referencia se realizaron entre 2014 y 2019. A menos de 100 metros de la ribera del río Luján se encuentra la Escuela Primaria Nº11 (EP 11), por lo que la geografía es similar a la de escuela Leopoldo Herrera.

Integración de una cooperadora plural

Hacia 2014 se observaba un deterioro de la infraestructura edilicia, problemas de humedad, el acumulamiento de hojas en los techos, óxido en aperturas y desagües deficientes. En parte debido a tres inundaciones por desbordes del Río Luján. La renovación de autoridades de la escuela, coincidió con un genuino interés de padres de alumnos que residían en barrios cercanos a la escuela. Se trataba, desde barrios privados cerrados a asentamientos. Fruto de esta feliz convocatoria se obtuvieron: conexión a INTERNET por cable y Wifi, el corte de pasto periódico, una poda de altura, limpieza de techos y aportes de dinero mensuales autoajustables.

Peticionar a las autoridades

A partir de la renovación antes mencionada, desde 2014 el tenor de los pedidos de ayuda para obras de remodelación y mantenimiento cambiaron sus características. En efecto, la obtención de bienes y servicios por donación hicieron que ya no se pidiera a las autoridades una financiación del 100%, sino que se pedían complementos.

Obtención de servicios a nivel de padres de alumnos

Una buena parte de techos de la escuela fueron reparados con materiales provistos por instituciones barriales vinculadas a padres de alumnos. En este caso, la asociación cooperadora se aseguró que los donativos (columnas, membranas, maderas) tuviera el destino marcado por los benefactores. Es una regla de oro respetar la voluntad del benefactor.

Convocatoria a entidades con propósitos relacionados con la educación

Durante las tres inundaciones que afectaron a la EP 11 se convocaron a asociaciones que produjeron una seguidilla de grupos organizados que realizaron tareas de mantenimiento. La Asociación Santa Teresita canalizó donativos de: mochilas, libros, cuadernos, material didáctico, juegos de ingenio, ropa, calzado y muchos etcéteras más. En todos los casos se emitió un recibo oficial por los bienes recibidos. Pues quienes son solidarios, creen apropiado saber el destino final de sus aportes.

Convocatoria de personas ligadas a la industria

Hubo empresas que realizan donativos de pinturas, postes para el tejido perimetral, ladrillos y materiales de construcción. Especial cuidado se debe tener con las donaciones de muebles y artefactos que no están en condiciones de uso y su puesta en valor genera pérdidas.

Bancarización de las gestiones contables

Todo dinero proveniente de donaciones debe ingresar a la cuenta de la cooperadora, desde otra cuenta. Todo dinero de la cuenta debe ser canalizado por decisión de la Asociación Cooperadora hacia fines que son el resultado de decisiones colectivas asentadas en actas.

Dar a conocer las actividades

La toma de decisiones consensuadas y los logros de una gestión transparente deben contar con cuentas auditadas a nivel local y provincial. Ello debe darse a conocer, lo cual hace menos pesada la tarea ad honorem a la que se comprometen los integrantes de la asociación.

Los aspectos formales y los prácticos

En este apartado se agregan reflexiones a los fines de apoyar a quién desea realizar una aplicación práctica y estar asesorado en este tipo de gestión.

Es importante diferenciar el grupo con el que se trabaja, en los aspectos social y cultural. No es lo mismo la relación entre los pobladores citadinos con los rurales y aquellos que tienen varias décadas de convivencia con la pobreza. La motivación y las posibilidades de colaboración no son iguales.

Pero lo más difícil es inculcar el principio que, en este tipo de asociaciones grupales y sin fines de lucro, el objetivo no es lo individual. El voluntario que llega a la asociación cooperadora pensando en un beneficio propio no es un buen colaborador y no se puede esperar nada positivo cualquiera sea su intención de colaborar. Finalmente prevalecerá el egoísmo o la pretensión de tener alguna ventaja, ya sea económica o figurativa. Esto se halla parcialmente neutralizado en la ley de asociaciones sin fines de lucro al disponer que los integrantes de las comisiones directivas y “sus allegados” no puedan perseguir o recibir ningún tipo de beneficio originado por la actividad de la asociación.

Sobre lo expresado anteriormente es bueno asociar la definición de “conflicto de interés”, del cual mucho se habla y poco se pone en práctica. Existe un conflicto de interés cuando en una actividad societaria, el accionar de uno o más de sus miembros está afectado por intereses personales, familiares o por vinculaciones que condicionan sus decisiones.

También es difícil conformar una comisión directiva dispuesta a dar su tiempo y su esfuerzo sin recibir nada a cambio. Y en esto se incluye también la idoneidad de cada uno de los integrantes de esa asociación. Los cargos clave son el de presidente, secretario, tesorero y revisor de cuentas.

El de presidente es el más expuesto en situaciones de conflictos, particularmente cuando se presentan alteraciones contables.

El secretario debe estar dispuesto a la no siempre atractiva tarea de redactar las actas de reuniones donde debe exponer lo mejor posible los hechos que involucran a la asociación, se hayan tratado o no en las reuniones de comisiones. Es necesaria una persona ordenada con ciertos conocimientos legales y buen guardián de los libros sociales. Esto último es fundamental porque frecuentemente estos libros se pierden y la asociación queda expuesta ante el resto de la comunidad.

Los cargos de tesorero y de revisor de cuentas, en situaciones de conflictos son los que tienen que hacer frente a los problemas y participar activamente en las contiendas. Por lo que si no se eligen personas con elementales conocimientos contables se deberá recurrir a un profesional que asesore o haga el trabajo que no puede hacer el “arquero” del equipo. Y esto tiene un costo económico porque difícilmente una persona ajena al grupo regalará su trabajo.

Para concluir, se destaca que los aspectos aquí analizados son instrumentos útiles para quienes incursionan por primera vez en la gestión de una asociación cooperadora. Sirviendo tanto para tener más eficacia en las gestiones, como para estar advertido de posibles riesgos.

Julio Comas, Contador Público Nacional      Edmundo Cabrera Fischer, Médico Docente Investigador