Buscando el tesoro de nuestra identidad, para saber de dónde venimos 

Silvina Esnaola

EL ARGENTINO

 

Paulina refiere en canciones todo lo aprendido de Don Manuel Almeida, a quien solía acompañar y escuchar.

“La idea surgió porque desde 2006  compongo las canciones para las fiestas de Alas -el Centro Cultural que dirige- y cada vez más, he intervenido en la dramaturgia de las obras. Pero esas canciones, unas trescientas, quedaban dentro de la comunidad de Alas, por eso quisimos abrir un poco el espectro, ya que son canciones que pueden cantarse en las escuelas y lugares donde haya actividades con gurises. 

El primero de junio pasado presentó las canciones de la obra que trata de mitos y burlas escolares, que se llamó “La luz mala buena y el Lobizón desportillado” un libro de canciones  y ahora, será el momento de “Piratas de agua dulce”, que comprende el texto completo de la obra, además de canciones y dibujos para pintar “para que todos sepamos más de la historia de Gualeguaychú y sea más simple utilizarlo en el aula o un taller”, convidó.

 

Todo esto se basa en el trabajo minucioso que Paulina presentó en 2013: un libro en el que compiló todo lo publicado por Don Manuel Almeida en diarios y revistas que llamó “Contame, Don Manuel, una vez más”.

“Tiene todo lo que Don Manuel investigó durante cuarenta años”, refirió, aclarando que hoy por hoy, está agotado.

“Es un libro de lectura dificil porque es mucho contenido y tiene más de trescientas páginas”, consideró, para agregar “vamos a contar la historia previa a Rocamora,  cómo el sur de Entre Ríos fue fondo de mar,  la presencia de nuestros abuelos Chaná en estas tierras,  que está constatada por pruebas de Carbono 14 hace 2050 años.  O sea, Gualeguaychú no tiene doscientos años sino muchos más. La población que encontró Rocamora no surgió por arte de magia y ese proceso es lo que vamos a contar, con un lenguaje sencillo para que chicos y grandes conozcan la historia real, porque mucha gente cree que la leyenda del toro y la víbora es cierta”.

“Por eso propongo que seamos piratas y busquemos el tesoro de nuestra identidad” dijo Paulina, que ha demostrado ser una buena alumna de Don Manuel, el maestro rural y docente que fue autodidacta en arqueología para  sus investigaciones y colecciones, que hasta hoy sirven a investigadores porque no fue un mero recolector de elementos sino que registró las piezas de manera científica. Todavía admira a quienes comprueban  que cada trocito de cerámica tiene un número que se corresponde con el lugar, la profundidad y el contexto donde fue encontrada, como nos contó Paulina.

 

 

# Piratas buenos

Ella no teme que se malinterprete la palabra “pirata”, porque como dijo “planteo un juego de  niños en el Ñandubaysal (que también fue fondo de mar) que deciden jugar a los piratas. En este caso, el pirata es el que desentierra un tesoro que en esta obra es nuestra identidad. Por supuesto que si vamos a hablar de piratas-piratas, tendríamos que empezar por los portugueses en nuestra zona...”, afirmó.

Maestra de grado y  de música, Paulina sabe que las canciones ayudan a recordar la  historia.

Ella tuvo un buen maestro, que le enseñó a mirar...

Y esta noche en el teatro compartirá buena parte de lo que aprendió.

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