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Diario El Argentinoviernes 29 de marzo de 2024
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¿Se podrá dar el milagro?

¿Se podrá dar el milagro?

Un segundo paciente parece haberse curado del VIH, el virus causante del SIDA. Casi doce años después de que el llamado “paciente de Berlín”, Timothy Ray Brown, se haya curado de esta enfermedad, hoy el anónimo “paciente de Londres” parece haberlo logrado también. ¿Está el mundo hoy más cerca de una “cura”?


Existen varias diferencias en la severidad del tratamiento que recibió cada persona. Mientras Brown casi muere en el proceso de curación, el nuevo caso no habría llegado a tales extremos. Sin embargo, todavía no se puede catalogar al proceso que condujo a la recuperación de estos dos sujetos como una “cura” para ser replicada en todo el planeta. No es que se halló el remedio mágico pero sí se logró lo que desde la aparición de la enfermedad parecía impensado: que alguien pudiera no tener más SIDA.

La manera de llegar a este resultado no es nada sencilla y es peligrosa ya que requiere el trasplante de medula ósea en personas cuya salud por la enfermedad que padecen es extremadamente delicada. A su vez, se muestra necesaria más que nada para pacientes que además de poseer esta enfermedad tienen cáncer. Para quienes no tienen los dos factores, el tratamiento con retrovirales es menos peligroso y más beneficioso. Además de ser impracticable para aplicar en los millones de personas a nivel global que poseen el virus.

Brown tenía leucemia y como la quimioterapia no lo pudo curar requería de dos trasplantes de medula ósea. Igualmente, su donante “tenía una mutación proteica llamada CCR5, que yace sobre la superficie de ciertas células del sistema inmune. El VIH usa esa proteína para infectar las células, pero no puede infiltrarse en la versión mutada”*.

Ahora, este paciente tuvo que recibir medicamentos inmunosupresores fuertes, que hoy ya no se utilizan, casi muriendo en el tratamiento (tuvieron que inducirle un coma). Hoy, con el caso de Londres, parecería que no se va a requerir llegar a tal extremo para curar a las personas que poseen esta enfermedad.

En el nuevo caso, el paciente tenía linfoma de Hodgkin para lo que recibió un trasplante de un donador con la mutación CCR5 en mayo de 2016 y además recibió las drogas inmunosupresoras, pero conforme a los estándares normales de trasplantes de este tipo y no tan intenso como su antecesor. Desde septiembre de 2017 que dejó de tomar los antirretrovirales y se ha mantenido libre del virus desde entonces, por ello, se lo considera como el segundo caso en el mundo en que esto ha sucedido. Por eso, algunos prefieren no catalogarlo todavía como una “cura”.

El SIDA es una enfermedad que ha develado a la comunidad científica desde hace muchas décadas en búsqueda de una cura. Esta ha sufrido el estigma social por miedo a su contagio, siendo vista durante años como una enfermedad de homosexuales y de personas de “libertinaje sexual”, aun cuando hoy se ha demostrado que ese no es el caso.

Según las cifras más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), en 2010 34 millones de personas en todo el mundo tenían el VIH, de los cuales la mitad son mujeres y una décima parte niños menores de 15 años. Los antiguos prototipos sociales que estigmatizaron a esta enfermedad no parecerían ser muy acertados.

Ser portador de un virus nunca es fácil. No ser discriminado por ello, mucho menos. Hoy, el mundo parecería hablar más abiertamente del VIH y tenerle menos miedo a la que vez que discriminar menos a quienes lo portan y padecen su enfermedad.

El hallazgo de un tratamiento efectivo que permite convivir con este virus ha disminuido el temor a morir como consecuencia de ella y por tanto, la estigmatización de la sociedad hacia quienes la padecen. Sin embargo, todavía el prejuicio social existe y necesita ser derribado.

Puede venir una “cura” de esta enfermedad, pero quienes debemos “curarnos” primero somos la sociedad. Esperemos que lo segundo venga antes de lo primero. 34 millones de personas lo necesitan.

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