Secciones
Diario El Argentino
Secciones
Diario El Argentinosábado 20 de abril de 2024
Información General

Colaboración

Capilla con cocodrilo

Capilla con cocodrilo

Por Pipo Fischer

 

“El Marqués de Santa Cruz, se hizo un palacio en el Viso, porque pudo y porque quiso”

Así reza el dicho popular y ahí está para confirmarlo el palacio, rara joya del estilo del renacimiento italiano en plena llanura de Castilla-La Mancha. Es el único ejemplo de la arquitectura italiana antigua en España. Hablamos del siglo XVI. Actualmente en el pueblo del Viso vive poca gente, casi no hay más casas que el palacio, hoy sin sus cuatro torres originales, perdidas durante el terremoto de Lisboa.

Visitarlo es imprescindible porque tiene una belleza arquitectónica sin igual y conserva algunas pinturas murales exquisitas. Todos estos bienes existen milagrosamente, ya que el palacio abandonado, sirvió de refugio para las ovejas durante más de cien años. Ahí los pastores y los bandoleros hacían fuego, pernoctaban en forma precaria, tal como ocurrió con La Alhambra en su momento. Luego de ser rescatado, el edificio fue vestido con muebles del Patrimonio Nacional y hoy es un museo. En los sótanos funciona el Archivo General de la Marina. El solitario lugar donde fue construído, es en realidad un estratégico sitio en mitad de camino entre Madrid y Sevilla, las dos ciudades preferidas por la corte imperial.

Felipe II durmió muchas veces en el palacio, adonde como era costumbre en la época tenía reservados siempre unos dormitorios y un salón del trono; todo noble que se preciara cuidaba ese detalle, aunque algunos palacios esperaron vanamente la llegada del rey que nunca se concretó.

Yo visité la mansión en verano, cuando esas grandes estancias resultan frescas y acogedoras, pero no pude menos que pensar en lo que sería vivir ahí un día “fresquito” de febrero por ejemplo, entrando a ese enorme patio de mármol, rodeado de galerías abiertas, para sentarse en uno de los salones de cien metros cuadrados, atemperados solo por un brasero de carbón o una estufa de leña, que todos sabemos que de cerca te cocina y de lejos te congela. ¡Jajaja!....

El palacio no tiene electricidad en las partes nobles, al igual que el palacio de La Granja en Segovia; hay que andar con la luz de las ventanas y cierran temprano. Unos dicen que lo hacen para prevenir incendios, otros, porque la instalación de cables no es posible en esas paredes pintadas con frescos o recubiertas de telas preciosas de época. Habría que hacer agujeros.

Don Álvaro de Bazán, nuestro Marqués de Santa Cruz, fue un marino insigne que luchó en la batalla de Lepanto (adonde Cervantes perdió una mano) y protagonizo muchas otras proezas militares.

Cervantes lo nombra en el Quijote y Góngora le escribió el epitafio de su tumba.

Una vez presentado el candidato, vamos en camino hacia el cocodrilo. ¡Jaja!....

Cuenta la leyenda que un cocodrilo azotaba cruelmente a los moradores de la comarca y nadie podía atraparlo porque se camuflaba muy bien en el paisaje. Permítame decirle, estimado lector que la leyenda empieza chunga porque un cocodrilo en La Mancha resulta tan raro como un hipopótamo en la laguna del Parque Unzué, salvando que en la laguna hay agua. Volviendo al cocodrilo, el Corregidor de la región ofreció la libertad al preso que pudiera cazarlo. Muchos fracasaron hasta que un gallardo mozo lo atravesó de lado a lado con una pica, transformándose instantáneamente en una especie de Superman manchego. La leyenda termina cuando el Corregidor decide embalsamarlo y ofrecerlo a la Virgen de la Asunción con devoción (no es que hable en verso, es que así converso). La cuestión es que el visitante que hoy ingresa a la iglesia contigua al palacio, se encuentra con este bicho de mas de seis metros de largo, ligeramente apolillado pero todavía impresionante, colgado en la pared.

En cierto modo, combinar imágenes de culto con criaturas de la naturaleza no es tan disparatado; simplemente que yo nunca vi en ningún templo de Gualeguaychú una vizcacha o una yarará disecadas colgadas en el altar y no estoy acostumbrado.

La leyenda del joven matador, como todas las leyendas, no es compatible con la realidad. Una lástima porque las leyendas son interesantes…pero la ciencia prefiere investigar y ahí mata todas las ilusiones.

La verdad es que los expertos han analizado a fondo el cocodrilo del marqués y no tienen duda de que fue traído de Egipto, ya que es un ejemplar típico del Río Nilo. Fiel a la cultura cosmopolita del Renacimiento, don Álvaro lo cargó en el barco en alguno de sus muchos viajes y terminó en la capilla de su palacio. Hasta la próxima, lector.

 

    ComentariosDebés iniciar sesión para poder comentar