Mujeres que hacen cosas... Adriana Martinelli: cuida y entrena perros, a los que adora

Pero como lo que interesa saber por qué fue noticia, dejando sentado que nació y vivió aquí hasta los diez años, cuando se fue a Córdoba y hace quince se radicó en Villa La Angostura, diremos que participó en el Campeonato Mundial de Agility 2017 en la Ciudad de Liberec, República Checa, integrando el Seleccionado Argentino junto a su perra Frida, la Border Collie de la foto.

“Todos los años se hace un campeonato mundial y Argentina es un país relativamente nuevo en este deporte”, contó, para agregar “se realizan pruebas selectivas y se arman distintos equipos, de acuerdo a la altura del perro”.

Aquí supimos que esta fue la primera vez para ellas, en el equipo Large. Y que viajar desde tan lejos no las favorece.

“Cada viaje a Buenos Aires o a Santa Fe, supone un costo interesante” dijo. Y quisimos saber cómo logró que Frida volara sin problemas, lo que simplificó diciendo “después de los primeros viajes se acostumbran. Nosotros les enseñamos de chiquitos, poniendo en una caja de viaje su colchón y se acostumbran a que esa es su cucha. Así que Frida viaja bastante relajada. Para mí es estresante la espera a que me la entreguen. Hasta ese momento, me duele la panza....”

- Contanos qué es el Agility...

“Es un deporte que se hace de a dos: dueño con perro. El objetivo es hacer una pista de obstáculos en el que hay vallas, túneles, ruedas, rampas, eslalon..., el juez arma una pista con un máximo de 22 elementos y como guía, entrás a la pista sola, reconocés el orden establecido y elegís qué movimientos harás con tu perro”, que participa sin correa y no puede ser tocado, por lo que el guía debe valerse de la voz y el lenguaje corporal.

“Con el cuerpo, la mirada, la voz, le indicamos lo que queremos que haga. Eso es lo que entrenamos. La idea es hacer la pista sin faltas, sin rehúses y en el menor tiempo posible”, amplió.

Adriana entrena con Frida en su escuela canina. “Aquí (allá, porque la charla fue por teléfono) tenemos armada la pista, al aire libre (el clima no ayuda mucho) y recién este año pude armar un lugar cerrado para trabajar movimientos y técnicas”, contó.

Y como era de esperar, preguntamos cómo les fue, para saber que corrieron cuatro pistas, dos en equipo y dos individuales, en las que Frida “hizo todo lo que le pedí.

Estuvo muy conectada y contenta. Nos divertimos en pista, y eso está muy bueno. Para mí está más que bien”.

Como se subieron al avión el 1 de octubre y volvieron el sábado pasado, preguntamos si esto es privado o tiene patrocinio y Adriana dijo “me ayudó la municipalidad de Villa La Angostura con un aporte y la declaración de interés municipal de nuestra participación. También vendimos guisos de lentejas, pastas, rifas y así pudimos cubrir la mitad de los gastos con lo que juntamos y la otra mitad con un crédito..., que empiezo a pagar en noviembre”.

 

Adriana estudió Ciencias Económicas, pero renunció al título hace unos cuantos años.

“De chica, en Gualeguaychú, me iba a la plaza y buscaba los pajaritos caídos. En Córdoba trabajé en el zoológico y tuve un refugio. Siempre con animales. Estuve a punto de estudiar Veterinaria, pero decidí no hacerlo porque no quería operar, y ahora, ayudo a mi veterinario en las cirugías”, contó divertida.

“Tuve un refugio a la fuerza en 2011 (cuando las cenizas provenientes del volcán chileno Puyehue cubrieron la localidad neuquina) y aquí se abandonaron casi 500 perros. Ahora me quedé con un asilo para perros viejitos, que la gente no quiere porque no ven o se hacen pis y les molestan. Es un abandono terrible y yo me encargo...”

-¿Quién te ayuda para pagar el alimento, la medicación, lo que necesitan?

“Tengo una única alcancía en una heladería y chocolatería, donde la gente colabora Y cuando tengo muchos gastos, lo publico y me ayudan. El resto sale todo de mi bolsillo, pero es mi compromiso con ellos”.

A la par, tiene una escuela canina, en la que contó, “me dedico a todo lo que es conducta, obediencia, para ayudarlos a convivir. También tengo guardería, para tenerlos cuando la gente viaja. Es un estilo de vida: es sacrificado, pero es lo que me gusta. Me levanto y acuesto contenta”, compartió, y nos dejó pensando.

 

Adriana vendrá en verano a Gualeguaychú. “La idea es que vayan los chicos primero y se queden con los abuelos (Ismael y Chichita) y primos y después, yo vaya una semanita. Y si puedo, voy con Frida”.

Hay que decir que mientras la dupla estaba en Liberec, sus hijos Santiago (12) y Carmela (9) seguían su participación con reuniones familiares especiales porque, diferencia horaria mediante, las competencias eran a las tres o cuatro de la mañana.

Al final, le dejamos dos renglones para que dijera lo que quisiera y los aprovechó para “agradecer a la gente de Gualeguaychú, que me sigue y acompaña. Cuando voy siempre doy clases, así que tengo gente que está atenta”, que seguramente sabrá que en febrero Adriana estará aquí, compartiendo lo que sabe hacer.

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