Triunfo contundente, tareas pendientes

Es evidente que Cambiemos logró más bancas tanto en Diputados como en Senadores. Sin embargo, este crecimiento electoral no se podrá traducir en el concepto de tener quorum propio; aunque le haya arrebatado la mayoría al justicialismo en la Cámara Alta, que no es un dato menor.

El Frente para la Victoria se presenta como la principal bancada opositora al macrismo; porque el bloque de Sergio Massa y el peronismo disidente perdieron más bancas que las que tenían antes de las elecciones; es decir, tendrán menos legisladores. Y el sector progresista o la izquierda quedaron demasiado desintegrados o reducidos a pequeñas expresiones legislativas.

Esta es una primera lectura superficial del resultado provisorio que ayer arrojaron las urnas en todo el país.

Pero, indudablemente, la alianza Cambiemos ha logrado –luego de dos años de gobierno- un crecimiento sustancial, no solo con mayor adhesión de ciudadanos, sino también abarcando una mayor territorialidad. Y al revés le pasó al justicialismo: logró menos adhesión y perdió territorialidad.

Esto no es menor a la hora de establecer acuerdos para la tan mentada gobernabilidad.

Al interior del justicialismo entrerriano y local, se debería producir (luego de una derrota que puede ser considerada histórica por sus diferencias) un debate amplio, que le permita no sólo superar sus diferencias internas sino también una depuración de sus referencias de los últimos años.

A nivel provincial el gobernador Gustavo Bordet deberá decidir cómo será de aquí en más su relación con el urribarrismo. Decisión que no será fácil, pero sí muy necesaria para aspirar a una mejor base de sustentación para las elecciones generales de 2019 donde se pondrá en juego –esta vez- todo el poder electoral en todos los distritos. Teniendo en cuenta la nacionalización de la imagen del macrismo, no es descabellado pensar que en 2019 las elecciones en la provincia podrían adelantarse. Al menos es una opción que en otras oportunidades se ha puesto en funcionamiento.

Y se insiste: el dato de ayer no puede pasar desapercibido. Cambiemos ganó de manera muy holgada, en algunos casos con diferencias históricas, en municipios donde gobiernan intendentes peronistas y cuya imagen no es mala como el caso de Gualeguaychú, para citar el ejemplo más cercano, pero abundan casos similares.

Esto está indicando que la nacionalización de las elecciones y la buena imagen del gobierno nacional en la consideración del electorado, han convertido a Cambiemos en una opción sustentable para aspirar a una continuidad en 2019, pero también en una propuesta que puede conquistar nuevas provincias y ganar en municipios que por el momento le han resultado esquivos.

A nivel local, el justicialismo también tiene una tarea pendiente para resolver si da paso a la renovación generacional de la dirigencia o se quedará anquilosada (casi paralizada) en las referencias históricas de las últimas dos décadas.

 

 

La alianza Cambiemos es hoy la opción más sólida para disputarle al justicialismo entrerriano, esta vez en cada una de las localidades. Ni el sector de Emilio Martínez Garbino ni otro está en condiciones de semejante tarea.

La alianza entre el PRO y la UCR que nació luego de la convención del centenario partido en el Teatro Gualeguaychú antes de las elecciones que lo convirtieron a Mauricio Macri como presidente, tiene un gran desafío por delante.

Sus referentes deben evitar caer en el triunfalismo, a pesar del categórico triunfo electoral de ayer. Y en estos dos años deberá equilibrar muy bien el poder hacia el interior de esa alianza, para que nadie se sienta dueño de esos votos. Un error al que muchos pueden estar tentados a cometer. Rogelio Frigerio, Atilio Benedetti, Alfredo De Angeli y Fabián Rogel, por citar solamente a cuatro referentes, tienen la tarea por delante de hacer crecer este espacio ya consolidado, pero también la de hacerlo crecer territorialmente y afianzar lo logrado ayer. La división, ya se sabe, es padre de la derrota y de esto da testimonio el justicialismo local y entrerriano.