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Diario El Argentinojueves 28 de marzo de 2024
Opinión

 Una sentencia con un  mensaje colectivo

 Una sentencia con un   mensaje colectivo

  El juicio oral contra el cura Juan Diego Escobar Gaviria, que se desarrolló a fines de agosto en Gualeguay, tuvo resultado favorable para las víctimas, tras conocerse el adelanto de sentencia.


 

Desde el Ministerio Público Fiscal, Federico Uriburu y Dardo Tórtul, habían pedido 25 años de prisión, un monto de pena que compartían con la querella a cargo de Mariano Navarro.

Según el balance realizado por Tórtul en cuanto a la  producción de prueba en el debate oral pudo acreditar los delitos por los que el religioso fue sentado en el banquillo de los acusados y convencer a la Justicia sobre la condena solicitada y el pedido de presión preventiva al cura “sanador” hasta que salga la sentencia firme.

Hoy el sacerdote se encuentra alojado en el Penal Nº 5 de Victoria, tras decretarse la prisión preventiva hasta que tenga condena firme una vez que la causa sea revisada por el Supremo Tribunal de Justicia de la provincia.

Escobar Gaviria tuvo condena gracias a la valentía de sus víctimas, que se animaron a contar lo que les sucedió. No hubo fotos, no hubo videos como material probatorio,  de los actos e abuso del cura “sanador”, pero el valiente accionar de las personas que fueron damnificados física y psíquicamente por el accionar de este monstruo de doble moral, es un mensaje para las víctimas de Gustavo Rivas, que aún no se animaron a declarar y contar su testimonio ante Fiscalía.

Esta sentencia demuestra que los casos de abusos aberrantes, que son sacados a la luz a través de investigaciones periodísticas, terminan siendo judicializadas con un mal final para los abusadores que terminan tras las rejas.

No obstante el dolor de las víctimas no ha sido en vano, porque la corrupción de menores tuvo en los últimos años un desarrollo doctrinario importante en la justicia entrerriana, que permitió atender las denuncias sin que haya más ocultamiento.

 


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