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Diario El Argentinoviernes 19 de abril de 2024
Opinión

Panem et circenses

Panem et circenses

“Quien, de tres milenios, No es capaz de darse cuenta, Vive en la ignorancia, en la sombra, A merced de los días, del tiempo”. Goethe. Por Plauto Cardoso (*) EL ARGENTINO


 

El Norte del Estado de Minas Gerais aislado como consecuencia de fuertes inundaciones. El Gobernador le encarga al director de la Imprensa Oficial que cree una sección de literatura en el diario oficial del gobierno, el único que llega a los pobladores aislados. No parece ser creíble hoy en día que un jefe del ejecutivo brasileño piense que no sólo de pan vive el hombre, incluso -o especialmente- en épocas de suplicio. Y eso que no estamos tan lejos de la segunda mitad de los años ‘60 cuando de hecho eso pasó y la iniciativa no se sumergió en las aguas y terminó creando el influyente Suplemento Literario que acunó una generación de impresionantes intelectuales mineros, entre ellos, Murilo Rubião. Pero aquellos eran tiempos en que se gobernaba para más allá de las próximas elecciones.

 

El descubrimiento del diario del siglo XIX de la profesora norteamericana Mary Olive Morse en la ciudad de Mendoza, nos remite a tiempos dorados de la educación argentina que colocó al país a la cabeza de sus vecinos durante décadas al hilo. Época de una generación de políticos que gobernaba sin preocuparse en refundar la Nación en cada nueva gestión presidencial.

 

La profesora Morse, que por más de dos décadas fue directora de la Escuela Normal de Maestras Tomás Godoy Cruz de Mendoza, demuestra en su libro, con una impresionante riqueza de detalles, la disciplina envuelta en el proyecto de educar profesoras locales para alfabetizar a niños de la región.

 

El proyecto de Sarmiento, que junto a la llamada Generación del ‘37 creía apasionadamente en un proyecto a largo plazo para educar y construir la joven Nación Argentina, fundó 800 escuelas primarias y el número de alumnos pasó de treinta mil a 110 mil en apenas seis años.

 

No es por nada que sólo Buenos Aires tiene aún hoy más librerías que todo mi Brasil.

 

De este lado del río, hemos tenido hace pocos días en la histórica, pero ya no tan bucólica Paraty, Rio de Janeiro, la FLIP – Feria Literaria Internacional de Paraty. Lo que le llamó la atención a este apasionado por libros infelizmente no fue sólo la programación de la famosa Feria Literaria, sino dos hechos de correlación clara y que nuestras autoridades insisten en ignorar: el primero, el inconcebible cierre por falta de recursos de la biblioteca sostenida en la periferia de Paraty por la entidad que organiza en la ciudad la feria literaria más importante del país. El segundo, que Paraty tiene la mayor tasa de muertes por armas de fuego en el Estado de Rio de Janeiro. Esto no es poca cosa.

 

Que una profesora haya relatado ver un niño cabizbajo sentado en los escalones de la ahora antigua biblioteca y que otros jugasen cerca con armas de fuego de juguete es una triste señal de tiempos enfermizos.

 

Tomo el ejemplo de la biblioteca de Paraty como simbólico y representativo de rincones del resto del país que jamás aparecerían ni en una nota al pie de un periódico por el cierre de una biblioteca local. Si es que las hay. Así y todo, el nuevo ministro de Cultura brasileño, que recién llegó al cargo, ya anunció 13 mil millones de inversión pública en el carnaval carioca.
 

 

Ministro, ¿y las bibliotecas?

 

 
Antes de cualquier ataque precipitado de los defensores de la mayor fiesta de carnaval en el mundo –o de los hermanos de Gualeguaychú, responsables por su equivalente argentino más brillante– aclaro que fui por años productor cultural. Sé profundamente que la cultura, en todas sus formas, necesita apoyo y no es y nunca será autosuficiente. Incluso el carnaval carioca con su capacidad de atraer inversiones privadas. Sí, el carnaval es importante y obviamente merece apoyo. Pero en un país en crisis, priorizar es la palabra del día. Que se cierre una biblioteca en la ciudad que abriga la mayor feria literaria del país, en una linda ciudad ahora escenario de tasas de violencia que superan las de países en guerra, es vivir en la oscuridad.

 

Pero, claro, la decadencia del carnaval le sacaría más votos o apoyo a cualquier gobierno en las próximas elecciones.

 

 
(*) Plauto Cardoso es profesor de Bioderecho de grado de la Facultad Pitágoras en Belo Horizonte y de posgrado de la Fundación Getulio Vargas, Río de Janeiro. Estuvo a principios de junio en Gualeguaychú como profesor invitado en la capacitación sobre la “Especialización en Justicia Constitucional” y es parte del Programa de Doctorado en Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA); además de ser maestro en Literatura Inglesa por la Universidad de Sussex, Inglaterra, Master of Laws (LLM) por la Fundación Getulito Vargas/Río y especializado en lingüística aplicada por la Universidad de Brasilia.

 


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