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Diario El Argentinoviernes 19 de abril de 2024
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Un Tedeum enfocado en la reconciliación, la equidad y la armonía entre ciudadanos

Un Tedeum enfocado en la reconciliación,  la equidad y la armonía entre ciudadanos

La lluvia de este jueves impidió realizar el acto protocolar en la Plaza San Martín, como se hace cada 25 de Mayo. Esto hizo que al comenzar la celebración del Tedeum de ayer, presidida por el sacerdote Raúl Benedetti, párroco de la Catedral San José, se invitara a cantar el Himno Nacional que ejecutó en el órgano de este templo el sacerdote Gregorio “Goyo” Nadal.


 

Las autoridades locales, provinciales, diplomáticas, de las fuerzas vivas y de seguridad se ubicaron en los primeros bancos, desde donde escucharon la intención de la ceremonia, “dar gracias a Dios por todos los beneficios recibidos de su misericordia y pedirle que derrame su bendición sobre todas las personas que dedican su vida al servicio del bien común por medio del ejercicio de la política”.

Las peticiones preparadas para ayer  mantuvieron la invocación inicial “para que todos los argentinos robustezcan la paz y la justicia”.

Así se escuchó pedir “para que nuestros gobernantes trabajen para consolidar cada vez más  la educación y el trabajo como claves del desarrollo y de  la justa distribución  de sus bienes entre sus habitantes;  para que al conmemorar los acontecimientos fundacionales de nuestra Patria afiancemos nuestra identidad y crezcamos como Nación; para que todos favorezcan la dignidad y la plena realización de toda persona humana, mediante la  promoción de los derechos fundamentales  e inalienables del hombre” y también “para que progresemos en la reconciliación entre los distintos sectores de nuestra sociedad y en la capacidad del diálogo entre todos los ciudadanos.”

Invocándose otra vez a la aceptación del otro, a la necesidad de la armonía, la unión de las familias y la invitación a zanjar las diferencias para caminar juntos como pueblo y hermanos 

En su homilía, Benedetti aludió al Evangelio leído (Mateo, “Porque tuve hambre y me diste de comer; tuve sed y me diste de beber; era forastero y me acogiste; estaba desnudo  y me vestiste; estaba enfermo y me visitaste; estaba preso y viniste a verme”), que apela a la solidaridad en general y de manera particular, a la responsabilidad de quienes tienen participación en la toma de decisiones.

También trajo a colación   el momento en que el presidente Macri se reunió en Japón con el emperador Akihito y expresó “el emperador se sorprendió cuando le conté que tenemos un 30 por ciento de pobreza. Nadie entiende que estemos así siendo uno de los siete países más grandes del mundo”.

“Esto nos hace pensar mucho -dijo el sacerdote- “sobre qué nos pasa para que este hombre se pregunte algo tan interesante e inteligente siendo -el nuestro- un país rico, productor de alimentos. Porque dentro de las cosas que nos preocupan en nuestra Patria, es que en algunas mesas sobra alimento y en otras está faltando. Entonces es tarea de todos distribuir mejor las cosas”.

Al finalizar, resumió “la cosa es muy sencilla: estamos de fiesta. La fiesta nos une y nos hace mejores. Le damos gracias a Dios y le pedimos distribuir bien las cosas que tenemos y  la gracia de reconocerlo en el otro; especialmente, en los que más sufren, los que más padecen”.

Como es de suponer la Oración por la Patria y el Padrenuestro fueron compartidos por los asistentes al Tedeum, que fueron despedidos con la canción “La nueva civilización” el Himno de la Jornada Mundial de la Juventud de Buenos Aires 1987, conocido popularmente como “Un Nuevo Sol”, que cantaron Catalina Bellagamba, Candela Espino, Mercedes Pons y Alfredo Vitale, integrantes del Coro del Instituto Pío XII que dirige Roberto Cruz.


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