El nuevo obispo diocesano recibió a la prensa en lo que consideró “una bienvenida mutua”

 Ubicado junto al sacerdote Roberto Crettaz, administrador diocesano, Zordán respondió las preguntas que se sucedieron luego de escuchar la reseña que a modo de introducción, realizó sobre su trayectoria en los años que lleva de sacerdote.

También se refirió a su estilo pastoral afirmando “me gusta visitar a la gente, salirle al encuentro, tomar mate, conversar. Creo que hoy la misión de la Iglesia pasa por el encuentro de persona a persona, cara a cara”.

Enseguida destacó “más que tener un plan pastoral que ya está, lo mío es un deseo y un compromiso de seguir caminando con la diócesis. La iglesia de Gualeguaychú hizo el camino de las asambleas diocesanas, un trabajo largo, concienzudo, lindo, del que surgió un plan pastoral que se está llevan do adelante. Hay que continuar”.

De igual forma Zordán planteó “por lo que sé acá es muy fuerte lo ambiental, el cuidado del ambiente, el hábitat, pensando en tener una mejor calidad de vida y que la tengan nuestros hijos y nietos. También aquí hay que salir al encuentro y al diálogo”.

En base a esto EL ARGENTINO preguntó cómo trabajará en esta cuestión, habida cuenta el camino hecho por la comunidad y teniendo presente la primera gran encíclica del papa Francisco “Laudato si”, o la encíclica verde y Zordán dijo “antes que nada, tengo que conocer” (lo hecho en Gualeguaychú).

El sacerdote consideró “una pegada” la encíclica papal porque puso sobre la mesa el tema en lugares donde, a diferencia de nuestra ciudad, al cuidado del medioambiente no se le había prestado la atención que requiere. “Ustedes lo tienen a flor de piel por todo lo que tuvieron que vivir...” Y seguimos viviendo, apuntó este diario, para marcar que el tema de la contaminación ambiental no sólo no está resuelto, sino que cada vez se suman más factores.

Cuestiones a afrontar

En el encuentro de ayer se le planteó a Zordán cómo lo predispone el hecho de que la iglesia católica entrerriana ha sido noticia el último tiempo por los abusos a menores cometidos por sacerdotes y Zordán respondió “creo que no son tantos” y de inmediato agregó “la iglesia tiene un protocolo para estos casos”.

“Indudablemente se trata de personas enfermas, que hay que tratar, casos a los que hay que salirles al cruce, siguiendo lo que la Iglesia estableció este último tiempo”, consignó.

Y como EL ARGENTINO planteó que se refirió a los victimarios, en tanto la persona abusada queda devastada, el nuevo obispo coincidió y dijo “a la víctima hay que tratarla y acompañarla, eso es indudable”.

También se le preguntó por la reconciliación que propone la iglesia para la ciudadanía argentina y se le escuchó decir “recuerdo ser todavía seminarista cuando los obispos de entonces planteaban la reconciliación. En estos últimos veinte años, la controversia

(“por no decir “grieta”, palabra bastardeada, aclaró) se ha profundizado y llegamos a una situación muy complicada”.

“Creo que una misión de la Iglesia es ayudar a la reconciliación, y si esta palabra trae malestar, busquemos otra”.

“Pero busquemos el encuentro, lo que nos une, en lugar de subrayar lo que nos enfrenta, divide, separa”, propuso.

Luego explicó “para la Iglesia, la reconciliación significa reconocimiento de la propia falta, asumir que lo que se hizo está mal, pedir perdón y reparar el daño hecho. Cuando hablamos de reconciliación, hablamos de esto, no de impunidad”, enfatizó.

Y para ser más claro, puso el ejemplo la visita de Juan Pablo II, a su agresor Ali Agka, el ciudadano turco que atentó contra él en la Plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981 y dijo “el Papa le dio un abrazo en la cárcel, pero no pidió que lo dejaran libre”.

Sobre otras líneas de trabajo Zordán se referirá seguramente el domingo, en la ceremonia de su ordenación, para la que han confirmado su presencia autoridades eclesiásticas nacionales e internacionales.