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Diario El Argentinoviernes 29 de marzo de 2024
Sociales

Diálogo con el doctor Roberto Jesús Ruiz Labrano

“Los Comuneros del Paraguay enseñaron que el pueblo debe ser el protagonista de su propio destino”

“Los Comuneros del Paraguay enseñaron que el pueblo debe ser el protagonista de su propio destino”

Roberto Jesús Ruiz Díaz Labrano nació el 26 de noviembre de 1952. Su desafío permanente es el ejercicio del derecho. Es decir, propiciar la justicia como un hacer indispensable de la conciencia. La tierra de sus ancestros es la propia: Paraguay; las que incluyen al pueblo guaraní. Sus convicciones de integración es abrazar la diversidad. 


Una diversidad para la igualdad, una fecunda experiencia que también permite desterrar las diferencias. Y como hombre del Derecho, interpreta que de la responsabilidad nacen los compromisos y la libertad solo se ejerce con responsabilidad. Experiencia que trae del hogar, cuando en una antigua máquina de escribir registraba la conciencia de respetar la ley como un punto de valor, innegociable, para que al final se haga justicia.

Roberto Jesús Ruiz Díaz Labrano es doctor en Ciencias Jurídicas y tiene un extenso como fecundo curriculum profesional. “Estoy casado Rosa María Arévalo, con quien hemos tenido tres hijos: Roberto Jesús, Rodrigo Jesús y Rodolfo Jesús. Y eso es lo más importante de mi curriculum”, confesará a EL ARGENTINO.

Egresado con el título de doctor en Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de Asunción, es profesor titular de las asignaturas de Derecho Internacional Privado y de Derecho de la Integración en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNA.

Miembro del Grupo de Alto Nivel y Consultor del Ministerio de Relaciones Exteriores, también es profesor de Postgrado y examinador de Tesis Doctorales de Universidades de su país como del extranjero.

Miembro del Instituto Paraguayo de Derecho Internacional, es asistente técnico y académico de la Corte Suprema de Justicia del Paraguay ante el Foro de Cortes Supremas del Mercosur. 

Llegó a Gualeguaychú invitado como profesor en la capacitación sobre Derecho Constitucional que se realiza en la ciudad. El diálogo que sigue se produjo en su visita a EL ARGENTINO, donde valoró el archivo de nuestra centenaria casa, pero también la forma de registrar la historia actual. Para Díaz Labrano no hay otra ecuación: a mayor libertad, mayor responsabilidad y bregó por la necesidad de aprender de los Comuneros del Paraguay cuando enseñaban que el pueblo debe ser el protagonista de su propio destino.

 

-¿Cómo le nació la vocación por el Derecho?

-Mi padre era abogado y si bien nunca me lo pregunté, estoy seguro que esa fue una gran influencia en mi decisión. Llegué a trabajar con él desde muy joven. Era dactilógrafo en aquella época donde no existían las computadoras ni los procesadores de textos. Tenía aproximadamente trece años y a pesar de esa corta edad, ya escribía muy bien. Entonces, mi padre dictaba los escritos y que yo no comprendía. Pero, curiosamente, parte de su estilo quedó grabado en mí y en la actualidad escribo como él; es decir, escribo como él pensaba.

 

-Con el español en América vino la ley del blanco. Y para el blanco, la ley fue el principio del orden; pero para los pueblos originarios e incluso para el mestizo (en el mestizo todo es a medias) la ley fue el principio del miedo.

-Soy un admirador de lo autóctono y en mi caso específico soy admirador del idioma guaraní y consecuentemente de su cultura. Hablo guaraní de manera fluida; no perfecta, porque es casi imposible hablar el guaraní de manera perfecta. Pero tengo una particularidad: me gusta investigar el guaraní. Pero sin distraerme de la pregunta: coincido que en el desarrollo histórico de los pueblos para algunos la ley ha sido y es el principio del orden y para muchos otros el principio del miedo. Incluso en la actualidad para muchas personas sigue generando imposibilidades e incluso de que muchas leyes no son para nosotros porque son un cuerpo abstracto o normas de las cuales ni siquiera sabemos sus efectos o cómo nos impacta. Consecuentemente para algunas personas hay una parte de las leyes que son abstracciones.

 

Nota completa edición papel.

Por Nahuel Maciel

EL ARGENTINO


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