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La Mujer

Milita a favor del río y de los derechos, para que no sean avasallados

Milita a favor del río y de los derechos, para que no sean avasallados

  Selva Chesini reparte su día como mamá de Mercedes, Valentina y Victoria, atiende su estudio y dado que es abogada, en muchas ocasiones le corresponde explicar los pasos dados en la lucha que hace un tiempo comenzó un grupo de vecinos autoconvocados ante la construcción de un barrio náutico que, no tienen dudas, afectará el río Gualeguaychú y a muchos vecinos en forma directa.



“La resistencia no es contra un emprendimiento, sino por la forma en que está planteado, y luchamos a favor del río”, explicó, para agregar “esto se ha hecho en la provincia de Buenos Aires y sobran los ejemplos de las consecuencias que provoca. Quizá treinta años atrás este barrio no habría afectado a nadie, pero ahora hay una suma de factores como los desmontes, por ejemplo, que hacen que el agua no drene”.
Selva recordó “el trabajo primario fue de Natacha (Crimella) que analizó el expediente administrativo del que surgieron varias irregularidades y trajo a Gualeguaychú a Patricia Pintos, del Centro de Investigaciones Geográficas de la Universidad Nacional de La Plata. Entonces empezamos a estudiar y a saber qué son este tipo de barrios. Y somos un montón los que defendemos el río”.
“Desde que supe del proyecto, estuve en contra de esta construcción. Y me sorprendió cómo se promocionaba este barrio”, recordó, para completar con su experiencia personal, cuando la empresa auspició una maratón de mascotas de la que una de sus hijas participó, y de la que luego subió una foto a su página comercial.
“Hablé con el gerente y le pedí que sacara la foto de mi hija. El me quiso convencer de las bondades del barrio, pero le dije que ya sabía y que estaba en contra.”
“Hay mucha gente con la que hablo y me da la razón, pero no se involucra; se excusa porque tiene conocidos. Sé que están quienes trabajan en la construcción, los intermediarios que venden, la gente que compró. Y no estoy en contra de ellos, porque creo que no sabían. Me interesa que los que no tenemos este tipo de cuestiones, los que no tenemos miedo a quedar mal con nadie, seamos la voz, porque si nadie va a hablar, nos pasan por encima. Aún con todo lo que hemos hecho, no tenemos el tema resuelto...”
En ese “todo lo que hemos hecho” están las marchas, las entrevistas, el recurso de amparo ambiental que pasó de ser individual a colectivo, que tuvo dos dictámenes favorables en la Justicia local, pero fue rechazado en ambas oportunidades por el Superior Tribunal de Justicia de la provincia por cuestiones de forma.
En la segunda ocasión, el Gobernador había suspendido los efectos del certificado de aptitud ambiental otorgado a la empresa. “Considero que esto fue una estrategia”, aclaró Selva, explicando “porque dejaba pendiente la cuestión administrativa; el STJ consideró que debía agotarse esta vía. Este fundamento es obsoleto, pero fue así y por segunda vez, el Superior Tribunal no trató la cuestión de fondo”, se quejó.
Hoy, ella espera, como el resto de los autoconvocados, el dictamen de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que solicitó el expediente para darle tratamiento.
Volviendo a su militancia ecologista, a por qué se sumó, Selva dijo “tiene que ver con muchas cosas. Obviamente, es una línea de pensamiento que siempre tuve.
Las cuestiones sociales, las que tienen que ver con el avasallamiento de derechos de otros por una cuestión de dinero...el escuchar que se miente, faltando el respeto a los demás... No es sólo ecológico o ambientalista mi reclamo, sino que tiene un trasfondo social”.
“Quiero que no se engañe más. Y que la gente entienda que tiene derecho a discutir, a luchar, a decir esto no me gusta y no lo quiero”.
¿Te ha traído problemas estar identificada con esta lucha?, preguntamos y ella dijo “si me los ha traído, no me enteré”.
Y tenés pila para rato en esto...
“Sí. Son convicciones, así como no me importa el qué dirán o quedar bien con nadie”.

Por Silvina Esnaola


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