Entre Ríos aplica la alcoholemia cero
Tomar alcohol y manejar es peligroso para el conductor, su eventual acompañante y, en general, para el tránsito de autos y peatones. Y si bien existen topes de alcoholemia, el país está insólitamente dividido.
Para recorrer las rutas parece necesario sumar al GPS tradicional, el del límite de alcohol autorizado por zona. Es que en algunas provincias llega a haber hasta tres máximas diferentes, como es el caso de Córdoba.
Seis provincias ya se diferencian de la legislación nacional -donde el límite es 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre-, al optar por la tolerancia cero, entre ellas Entre Ríos.
Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), son Córdoba, Salta, Tucumán, La Rioja, Neuquén y Entre Ríos. Pero la confusión es aún mayor porque en Córdoba, por ejemplo, al cruzar un puente o pasar un semáforo varía la marca: de 0,5 a 0,4 o incluso a cero. La autonomía normativa en esta materia llega a ser municipal y eso incrementa la heterogeneidad en los límites permitidos.
La mayoría de las fuentes consultadas por el diario Clarín considera que hay que unificar criterios ya que el mensaje que se les está dando a los conductores resulta contradictorio.
Desde la ANSV sugieren fijar como único techo los 0,5 gramos en sangre para vehículos particulares, como lo indica la Ley Nacional de Tránsito (que es la Nº 24.449) a la que pueden suscribir o no las provincias y los municipios. “No tenemos pruebas de que haya más accidentes por tener 0,5 de tolerancia. En la mayoría de los incidentes documentados en los que se registró consumo de alcohol, la graduación fue bastante superior: casi siempre alcanzó los dos gramos”, sostienen. Además, afirman, éste es el máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). No obstante, es mejor la tolerancia cero, dado que es la mejor forma de asegurarse que el organismo no está influenciado por estímulos como el alcohol.
“Está claro que tener varios límites es contradictorio aunque nosotros no podemos hacer nada, porque solo tenemos jurisdicción sobre las rutas nacionales, con excepción de los tramos que se encuentran dentro de los municipios. Creemos que el desafío no es hacer normas nuevas sino lograr que se cumplan las vigentes y, para eso, hay que incrementar los controles”, destacó la ANSV.
En la Provincia de Buenos Aires, que concentra más del 35 por ciento de la población del país, rige el límite de 0,5. Pablo Fappiano, director provincial de Política y Seguridad Vial, dice que “no hay una postura oficial” aunque, en lo personal, considera que “la tolerancia debería ser cero para autos particulares, porque al tomar siempre disminuyen las capacidades del conductor y eso es riesgoso”.
Seis provincias ya se diferencian de la legislación nacional -donde el límite es 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre-, al optar por la tolerancia cero, entre ellas Entre Ríos.
Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), son Córdoba, Salta, Tucumán, La Rioja, Neuquén y Entre Ríos. Pero la confusión es aún mayor porque en Córdoba, por ejemplo, al cruzar un puente o pasar un semáforo varía la marca: de 0,5 a 0,4 o incluso a cero. La autonomía normativa en esta materia llega a ser municipal y eso incrementa la heterogeneidad en los límites permitidos.
La mayoría de las fuentes consultadas por el diario Clarín considera que hay que unificar criterios ya que el mensaje que se les está dando a los conductores resulta contradictorio.
Desde la ANSV sugieren fijar como único techo los 0,5 gramos en sangre para vehículos particulares, como lo indica la Ley Nacional de Tránsito (que es la Nº 24.449) a la que pueden suscribir o no las provincias y los municipios. “No tenemos pruebas de que haya más accidentes por tener 0,5 de tolerancia. En la mayoría de los incidentes documentados en los que se registró consumo de alcohol, la graduación fue bastante superior: casi siempre alcanzó los dos gramos”, sostienen. Además, afirman, éste es el máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). No obstante, es mejor la tolerancia cero, dado que es la mejor forma de asegurarse que el organismo no está influenciado por estímulos como el alcohol.
“Está claro que tener varios límites es contradictorio aunque nosotros no podemos hacer nada, porque solo tenemos jurisdicción sobre las rutas nacionales, con excepción de los tramos que se encuentran dentro de los municipios. Creemos que el desafío no es hacer normas nuevas sino lograr que se cumplan las vigentes y, para eso, hay que incrementar los controles”, destacó la ANSV.
En la Provincia de Buenos Aires, que concentra más del 35 por ciento de la población del país, rige el límite de 0,5. Pablo Fappiano, director provincial de Política y Seguridad Vial, dice que “no hay una postura oficial” aunque, en lo personal, considera que “la tolerancia debería ser cero para autos particulares, porque al tomar siempre disminuyen las capacidades del conductor y eso es riesgoso”.
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