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Diario El Argentinosábado 23 de noviembre de 2024
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La fotografía, un efectivo recurso de integración a través de la mirada

La fotografía, un efectivo recurso de integración a través de la mirada

Un taller para jóvenes con discapacidad intelectual que buscan mayor autonomía ha mostrado ser un recurso muy exitoso también para la inclusión, ya que quienes las ven se conectan con sus autores como lo harían con cualquier artista.


El novedoso proyecto, único en su tipo por su duración de tres años, se desarrolla desde 2012 en el Centro de Inclusión Social y Laboral Apasido (Asociación Patagónica Síndrome de Down) de la ciudad rionegrina de General Roca, con la particularidad de estar abierto diferentes formas discapacidad intelectual.
Con un grupo fijo de 15 estudiantes de 18 a 34 años, el taller ya dio lugar a dos muestras, el armadado de una tercera y un libro.
Una de las cosas que buscan transmitir "es que la mirada no tiene discapacidad, que la gente pueda ver a los jóvenes desde la fotos y no desde la patología", dijo a Télam Sergio Bonicatto, uno de los dos coordinadores del taller.
Muchos fotógrafos que fueron a ver la muestra quedaron asombrados: "Uno me dijo `si hubierámos intercalado nuestras fotos con las de estos jóvenes, no habría ningún desnivel", contó Bonicatto.
Y si es habitual la fotografía sobre la discapacidad, no lo es tanto la apertura de espacios donde estas personas puedan aprender y experimentar con este recurso expresivo.
"Las vemos como sujetos, no mostramos la discapacidad sino lo que hacen" desde allí "porque ellos son los retratadores", señaló Franco Pirrone, el otro coordinador.
Para la psicóloga Verónica Royer, una de las directoras del Centro, lo que se evidencia en las fotografías no es una mirada especial como consecuencia de la discapacidad, sino un ojo con las particularidades propias de cualquier subjetividad.
"Lo que aparece no es la discapacidad, sino la singularidad que permite distinguir entre tu fotografía y la mía", apuntó.
Fundada en 2007, Apasido es una asociación de padres de personas con Síndrome de Down que funciona en Río Negro y Neuquén y tiene en General Roca un Centro de Inclusión Social y Laboral donde, entre otros talleres, se dicta el de fotografía.
Roger explicó a Télam que allí "jóvenes mayores de 18 años se preparan para una transición a la vida adulta. Por eso, los talleres no son para aprender estrictamente un oficio, sino que vienen a adquirir competencias necesarias para la inserción laboral en el medio común y aumentar su autonomía personal".
Mediante salidas grupales, planificación de eventos, el debate grupal y el análisis, selección, clasificación y registro del material trabajan habilidades funcionales necesarias para la vida autónoma, se los vínculos con la realidad y con otras personas, el empleo de la fotografía como un medio de expresión, la mirada selectiva, la atención y la concentración.
El curso no excluye la posibilidad de que los jóvenes elijan luego esta actividad como oficio a desempeñar en su vida laboral y también ofrece recursos para ello, sin ser su fin principal.
Pirrone no duda sobre cómo pudo involucrarse en este proyecto y sumar después a Sergio. "Los jóvenes me incluyeron a mí", afirmó.
"Ellos nos aceptaron, ese es el cambio de paradigma del que partimos: ellos son los que nos integran primero a nosotros. Yo empecé jugando con ellos, haciéndome amigo, tratando de que me consideraran su par; y ellos me integraron. Yo lo hago por ellos, pero también por mí", explicó.

Al taller asisten también jóvenes que tienen alguna discapacidad intelectual combinada con otra de tipo sensorial o motora.
"Hay cosas que se pueden y cosas que no pero hemos tenido, por ejemplo, una chica que tiene discapacidad intelectual y es disminuida visual.
La directora de la escuela especial a donde va "no lo podía creer cuando se enteró, no entendía cómo podía sacar fotos `si allí se tropieza con todo`. Pero resulta que sí puede, porque entre ellos se ayudan”, contó.
El taller empezó a gestionar el registro de las obras para que sean protegidos los derechos de autor de sus creadores, pues en general "en otros espacios, como talleres protegidos, las personas no siempre son dueñas de su producción", indicó Roger.
"Pero acá -afirmó- de las fotos son dueños los jóvenes y por eso estamos armando un sistema para que sean reconocidos sus derechos de de autor, con todo lo que implica que una producción se transforme en una obra de arte porque son contenidos culturales que pasan a tener una existencia propia.


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